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Las siestas se imponen como sinónimo de productividad

Su sentido como un simple descanso desaparece para dar lugar a un momento clave para recuperar energías y aumentar el rendimiento en la empresa. Daniel Leynaud, director de Selfhishness, cuenta las claves de esta tendencia.

Las siestas se imponen como sinónimo de productividad

Sagrada en el interior y deseada en capital, la siesta no es sinónimo solamente de descanso, sino que también agrega nuevos conceptos que modifican su relevancia e importancia como lo son productividad, efectividad y rendimiento. En un mundo donde el movimiento es constante que afecta el cuerpo y la mente, los especialistas comenzaron a ver el fenómeno de la siesta como una herramienta clave para el ser humano. Es por eso que las empresas empiezan a desarrollar los llamados “siestario” que según cuenta en su entrevista con Multitaskers Daniel Leynaud, Contador y MBA en Dirección Estratégica de Negocios y director de Selfhishness, empresa creadora de espacios para estas siestas (‘Power Nap Area’), es una palabra que “inventamos en Argentina para diferenciar un espacio de siesta común de un entorno especialmente diseñado para la toma de Power Naps (Siestas breves de potencia)”.

“La siesta saludable”, como también suelen llamarla, está enfocada principalmente para proporcionar nuevos beneficios (interactivos y vivenciales) para las personas, orientados a la salud y a la mejora del desempeño en medio de su jornada de actividades: “El objetivo es que las personas lleguen a sus puestos de trabajo bien despiertas y de buen humor y mantengan luego sus niveles de rendimiento durante el resto de la jornada de actividades”, afirma Leynaud, y agrega que se busca “experimentar una pausa con  los cinco sentidos y así optimizar el tiempo que destinamos al descanso”. Por otra parte, el especialista se enfoca en responder y luchar contra “las sociedades 24/7 (‘sociedades de funcionamiento continuo’) que nos llevan a un estilo de vida con pocas horas destinadas a descansar” ya que eso “impacta en nuestra salud, en nuestro estado de ánimo y en nuestro rendimiento”.

Perfiles

Hay un grupo específico que se interesa en ésta tendencia cada vez más instalada en la capital porteña. El creador de Selfishness cuenta que la experiencia de atender más de tres mil casos, les indicó que el servicio “es buscado principalmente por personas jóvenes, entre 20 y 35 años. Un 60% de mujeres y un 40% de hombres” porque son justamente aquellos los que “más sufren la falta de sueño nocturno como consecuencia de sus jornadas intensas de actividad, tanto laboral como social”. En comparación con otros países, el contador explica que la siesta se brinda de manera “más funcional, no tan integral como en Estados Unidos con las Energy Pods o bajo la forma de bares que se abren en los principales países europeos. Sin dejar de mencionar las celdas (tipo panal de abejas) de Japón” y sostiene que el valor “depende del servicio añadido”.

La tendencia considerada por Leynaud como un “fenómeno global” porque “responde a la naturaleza misma del ser humano, a sus relojes y ritmos biológicos”, está tomando una relevancia mucho más fuerte entre los empresarios no solo por la falta de horas de sueño en la noche de las personas, sino también por “las altas exigencias de nuestras sociedades 24/7 que hace que experimentemos un agotamiento mental en la primera parte del día”, según explica el dueño de la empresa que fue reconocida por la Revista Apertura como una de las 100 ideas más creativas en el mundo de los negocios. Por otra parte, sostiene que es necesario llevar adelante éste tipo de siestas porque “es la respuesta adecuada a este contexto para rendir más, estar de mejor humor y sobre todo ayudar a equilibrar nuestra vida laboral y personal”, y advierte que si pasamos los 20/30 minutos, el tiempo recomendado y aquel que “nos permite reiniciar el día con mayor potencial, amortiguar el cansancio acumulado, clarificar la mente y estar más veloces”, podemos experimentar lo que se conoce como “inercia del sueño ya que caeríamos en las etapas de sueño profundo, de ondas lentas”.

Cuestión de tiempo

La siesta no es la misma si dormimos media hora, cuarenta minutos o una hora. Los beneficios varían y dependen no solo de la duración, sino también del objetivo por la cual la tomamos. Leynaud divide en tres períodos y las contribuciones y las ganancias que proporciona cada una de ellas: 

• Siesta de 15 a 25 minutos: “Son ideales para reiniciar el día en medio de la jornada de trabajo”.
• Siesta de 60 minutos: “Tienen un poderoso efecto para recordar datos (fecha, caras, etc) y consolidar la memoria. Son ideales para los estudiantes universitarios que no trabajan, que van a la facultad y destinan muchas horas al estudio”.
• Siesta de 90 minutos: “Éstas se caracterizan por incluir un ciclo completo de sueño, incluido el sueño REM (cuando soñamos vívidamente) y esas siestas son geniales para la memoria de procedimientos (manejar un auto, andar en bicicleta, entrenar al básquet) y la creatividad”.

El que duerme y el que no

Si hay diferencias entre los que duermen determinado tiempo, también hay desemejanza entre aquellos que se toman una siesta y los que no: “Una de las grandes diferencias es que el que duerme una breve siesta recupera sus niveles de rendimiento a los de la primera mitad del día y los mantiene durante la jornada. Es el único método que brinda este poderoso beneficio” expresa el fundador de Selfhishness, que obtuvo el 2º Premio Meta4 2011 a la Innovación en Recursos Humanos por el proyecto Power Nap. Siesta Productiva. Por último, y como cierre a la entrevista con Multitaskers, el contador dice que “lo importante es la pausa, la pausa te recupera” y es ahí justamente donde “al salirnos de la rutina, al permitir la libre asociación del conocimiento en donde se enciende la chispa, y descubrimos la solución creativa”.

Por Mariano Ylarri

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