Las barreras se levantan porque son de utilidad, pero fueron hechas para romperse. La utilidad que presentaron los combustibles fósiles y recursos no renovables están llegando a su fin con la llegada de tecnologías que permiten transformar recursos ilimitados como lo son el viento, la fuerza del agua y la energía solar en fuente de energía. Además de servir como combustible, la huella que se genera es mínima en comparación con fuente de energía no renovables como el petróleo o el carbón.

En Argentina, de a poco comienzan a asomar empresas que se dedican a adaptar métodos para captar energías no renovables y convertirlas en fuentes de energía limpia y segura. Para algunos se trata de un negocio millonario, dado que tarde o temprano las grandes instalaciones, edificios, viviendas, organismo gubernamentales y privados, transporte y mucho más estarán bajo esta influencia ‘eco-friendly’.

Tiempo de sol

Para Santiago Sucheyre, de RenoBA Solar, se trata de una actividad “en desarrollo y crecimiento constante”. La empresa se funda en 2008 con la apertura de un local comercial en Córdoba y focalizada en trabajos a nivel residencial. Para 2012, los trabajos eran también industriales, expandiéndose a San Isidro y la ciudad de Mercedes, provincia de Buenos Aires. Las empresas que trabajan con energía sustentable, por lo general, se encargan de la instalación de sus productos. Por ejemplo, en la empresa donde Sucheyre es Gerente General, brinda servicios donde la energía solar sirve para calefaccionar agua corriente, piscinas, pisos de hogares a través de sistemas fotovoltaicos que convierten la energía solar en energía eléctrica.

Al implementar este tipo de tecnologías, para el gerente de RenoBA Solar, es menester “respetar las calidades de componentes e instalación”, asegura a Multitaskers. Para ello se procura que las instalaciones sean de bajo mantenimiento lo que serviría para obtener buenas tasas de inversión recuperable. “Con las subas constantes de servicio GLP o GN sitúan a este tipo de instalaciones en una excelente posibilidad de ahorro y aporte al medio ambiente”, indica el directivo.

Llave en mano

Dada la complejidad de la instalación de estos sistemas, se tiende a trabajar con el sistema “llave en mano”. Esto consiste normalmente en que la empresa se obliga frente al cliente o contratante, a cambio de un precio, generalmente alzado, a concebir, construir y poner en funcionamiento una obra determinada que él mismo previamente ha proyectado. En este tipo de contrato el énfasis ha de ponerse en la responsabilidad global que asume el contratista frente al cliente. 

La dinámica de trabajo, cuenta Sucheyre es integral. “Entregando al finalizar el proyecto toda la documentación en planimetría y manuales de usuario”, para asegurar calidad en este segmento de negocios la empresa trabaja con sistemas homologados y certificados. Las etapas de desarrollo se pueden dividir en las siguientes instancias: Recepción de consulta; estudio de proyecto; diseño de sistemas; montaje; y servicio post venta. 

Red energética

Los mayores obstáculos del rubro para el directivo de RenoBA Solar son la falta de incentivos para que las personas accedan a este tipo de consumo responsable. La falta de créditos bancarios que amparen este tipo de iniciativas no se limita al ámbito meramente particular, sino también a los corporativos e industriales.

“En cuanto a sistemas fotovoltaicos -encargados de la generación eléctrica- se está avanzando a pasos acelerados una Ley de Generación Distribuida”. Según describe Sucheyre, esto permitiría a cada usuario generar su propia demanda y, el sobrante, inyectarlo a una red que le genere beneficios a ese prosumidor (productor- consumidor) y a la red de consumo general. “Claramente esto debe estar acompañado de diferentes herramientas financieras tanto públicas como privadas para facilitar el acceso a las mismas”, concluye el empresario.