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Cuando los fracasos en los negocios son trampolines hacia la excelencia

Algunos los consideran maestros infalibles, otros les temen y se rehúsan a enfrentarlos, pero finalmente los fracasos han demostrado ser los obstáculos predilectos de las grandes personalidades. Tienen la palabra aquellos que los vivieron en carne propia y, en esta oportunidad, los ‘failers’ por su coraje y perseverancia.

Cuando los fracasos en los negocios son trampolines hacia la excelencia

Los fracasos tienen buena prensa: “quiebra”, “bancarrota”, “fundir” o "hundimiento”. Tan solo con revisar los términos que se utilizan cotidianamente para describir el desempeño de las empresas, se pueden oír más denominaciones relacionadas al fracaso que al éxito. ¿Acaso tendrá esto que ver con la cantidad de experiencias relacionadas con el fracaso de los proyectos empresariales? Como dicen algunos psicólogos, coachs, gurúes y maestros, el primer paso es reconocer las “zonas erróneas” para luego trabajar sobre ella. Con respecto a esto, los mexicanos han comenzado a tratar este tema con la creación del Instituto del Fracaso. Además de enfocarse en los fracasos empresariales para su estudio y aprendizaje, realizan charlas conocidas como “FuckUp Nights”, donde los disertantes hablan acerca de sus historias de fracaso. “Cuando nos invitaron a dar una plática de TED sobre las FuckUp Nights, me vino a la mente lo que varios amigos habían dicho: somos el Anti-TED”, cuenta Pepe Villatoro en el prólogo del libro “Libro del Fracaso” (disponible en pdf), también impulsado por este instituto.

Para graficar mejor la situación del fracaso en los emprendimientos, resulta preciso hablar acerca del GEM (Global Enterpreneurship Monitor) ubicado entre las 20 mejores investigaciones del mundo. Este prestigioso estudio recopiló a lo largo del 2014, más de 200.000 encuestas a individuos y la participación de 3.936 expertos nacionales en emprendimientos de 73 economías. Un apartado de la investigación en cuanto a atributos individuales y valores sociales hacia la iniciativa empresarial, aseguró que existe mayor miedo al fracaso en las economías donde el crecimiento de las mismas depende de la innovación. Curiosamente, las economías africanas perciben las tasas más bajas de miedo al fracaso, son las que más perciben las oportunidades y habilidades para actuar. En cambio, en la Unión Europea, donde todo pareciera estar creado, se percibe mayor temor y menos oportunidades: España (22.6%); Grecia (19.9%); Croacia (18.4%).

La sombra de los famosos

En el marco de la presentación de esta investigación, Eduardo Garza T., Presidente y Fundador del Grupo FRISA aconsejó aprovechando sus experiencias como emprendedor: "Las crisis y las oportunidades siempre vienen juntas, un emprendedor nunca debe darse por vencido y que debe tener flexibilidad para adaptarse a los diferentes escenarios que enfrenta". Numerosas personalidades de todas las disciplinas, a lo largo de la historia y hasta los rincones más recónditos del globo se han percatado de la utilidad del fracaso. Sólo por nombrar algunos, están los casos de Alexander Fleming, el padre de la penicilina; Abraham Lincoln, recalcando la importancia de la perseverancia; Sam Walton, fundador de WalMart y creador de nuevas formas de comprar; y así la lista puede extenderse pasando desde Los Beatles, Steve Jobs, Woody Allen, Beethoven, etc. El aspecto clave fue nunca “tirar la toalla”. A continuación, la descripción de algunos de los más relevantes:

•    Albert Einstein era repelido por sus profesores de primaria porque lo consideraban una persona lenta y poco adaptada a lo que ellos proponían. A los 4 años comenzó a hablar y fue recién a los 7 que aprendió a leer. Como buen genio, tenía una forma de pensar distinta, la cual le valió el premio Nobel de Física por su postulado teórico sobre la relatividad.

•    Walt Disney, el más grande inventor de dibujos animados, dueño de un imperio que lleva su nombre, fue despedido por el director del diario para el cual trabajaba. ¿El motivo? “falta de imaginación y buenas ideas”. Aun así, varias de sus primeras creaciones fracasaron, como su película de Blancanieves.

•    Charlie Chaplin: los ejecutivos que evaluaron su actuación en el escenario lo consideraban demasiado “rebuscado” para que los espectadores comprendieran. No pasó mucho hasta que alguien le diera una oportunidad y así convertirse en uno de los actores más relevantes del mundo y la historia.

Lo que el viento americano se llevó

En Argentina el 7% de los emprendimientos llega al segundo año de su nacimiento. Estados Unidos, un país con elevado porcentaje de emprendimientos, tiene un 30% de emprendimientos que no llegan a cumplir los 3 años. El 25% de los emprendedores chilenos abandonan sus esfuerzos antes del primer año de vida. En México, se registró entre el 2009 y el 2012 el nacimiento de 1.135.089, de los cuales 884.240 encontraron su final en el “cementerio de emprendimientos”. Estas son algunas de las cifras que arrojó el estudio llevado a cabo el Instituto del Fracaso, en conjunto con el Instituto de Emprendimiento Eugenio Garza Laguera del Tec de Monterrey. El foco del estudio se centró mayormente en el país mexicano, donde se determinaron las cinco causas más comunes por las cuales los emprendimientos fracasan y que, por más alejado que se encuentre de los países del sur continental, las similitudes no varían demasiado.
El top 5 de las causas por las cuales un emprendimiento no alcanza a madurar lo suficiente son:

1.    Ingresos insuficientes para subsistir (65%)
2.    Falta de indicadores (48%)
3.    Falta de procesos de análisis (44%)
4.    Planeación deficiente (44%)
5.    Problema con la ejecución (43%)

Un libro que habla acerca de emprendimientos y los vincula con los fracasos es “Inspiración extrema”. Su autor, Diego Pasjalidis, para poder aprender de los fracasos, sobrellevar y salir airoso de los obstáculos que se presentan a todo emprendedor toma 600 casos de planes de negocios, numerosos emprendedores. Finalmente, en una entrevista para Infobae, resume los 10 pilares fundamentales del fracaso del emprendedor (artículo completo). Los dos primeros resultan relevantes dado que se trata de la pasión, vinculada con la emoción y, por otro lado, el conocimiento. A continuación, el resumen de dos de los diez elementos según su autor.

La pasión: el camino puede estar lleno de trabas, desilusiones y problemas. El emprendedor debe poseer un temple de acero y para poder soportar todos los altibajos fundamentalmente debe tener pasión por lo que hace. Emprender es como escalar el Everest: solo llegan los movidos por la pasión, los que enfrentan sus miedos y no los empujados solo por la ambición.

El conocimiento: además de pasión se requiere de conocimiento específico en materia de negocios. Nadie duda de que el emprendedor conozca sobre el producto o servicio en profundidad, pero para hacer negocios es necesario desarrollar habilidades diferentes. Por ejemplo, existen modelos que permiten optimizar (tiempos, costos) en la distribución de productos. Otros que permiten calcular el nivel de precios más adecuado de acuerdo a diferentes enfoques. También existen aquellos que nos pueden indicar hasta dónde podemos crecer sin resentir nuestra estructura financiera. Estos conocimientos y habilidades pueden ser adquiridos mediante capacitación, con la inclusión de un socio con experiencia o con asistencia externa.

No hagas negocios sin ella