Por Gastón Taratuta, CEO de IMS (Exclusiva para Multitaskers)

Snapchat es la red social con más impacto en los Millenials. Esta afirmación, lejos de ser obsoleta, se sustenta a diario a través de la elección de los jóvenes para comunicarse. El fenómeno podría explicarse de la siguiente manera; se trata de una plataforma que habla en código adolescente, prima la imagen, ante todo, y forja vínculos informales, instantáneos y efímeros. Nada dura porque todo desaparece en pocas horas, no hay historial que amenace la privacidad. Para una generación que creció al ritmo exorbitante del wi-fi y las nuevas tecnologías, es muy fácil entender las reglas que propone Snapchat. No existe otra red social que brinde al Millennials tal grado de libertad y comodidad para compartir su vida.

Además, el cambio constante y la personalización de los contenidos, es otro de los valores disruptivos de la plataforma. Los chicos disfrutan de la ausencia de trabas que les permite escoger qué comunicar, cómo comunicar y cuándo comunicar. Esto, también, es una ventana de posibilidades para los anunciantes que quieren llegar al segmento joven con reglas propias. 

Las empresas, cada vez más, ven en Snapchat una herramienta de valor para llegar a su target. Estar presentes en Snapchat implica evolucionar a una forma de comunicación diferente y atractiva, que permite romper con la media en un contexto de saturación de mensajes. El interés se capta a través de un vínculo transparente, dónde las empresas se quitan el disfraz amistoso que impone el marketing moderno. Los papeles están claros: los anunciantes son anunciantes y los amigos son amigos.  

Un reflejo de esto es el caso de Personal Argentina. La empresa llevó a cabo un plan de relanzamiento de marca que llegó a más de un millón de usuarios único y tuvo 11 millones de visitas en un solo día, con la participación activa de los usuarios. Personal, en su estrategia, se valió del formato Geofiltro de Snapchat, para ser parte de la conversación de 500.000 snapchatters.

Lo primero fue enfocarse en una generación que utiliza emojis en vez de palabras para su comunicación diaria. A raíz de esto, el primer geofiltro que propuso la campaña permitió a los usuarios indicar su estado de ánimo con un emoticón. El segundo hizo referencia a la cantidad de “fueguitos” de los usuarios, en línea con una tendencia de Snapchat para la interacción permanente y el intercambio de fotos.  

El plan trajo aparejados resultados asombrosos, a través de la integración de tres elementos claves; la segmentación correcta del público, el lenguaje adecuado y el uso de herramientas propias de Snapchat. 

Es inminente la necesidad de lograr una mirada global y empática con el público para para poder satisfacer sus necesidades. En este contexto, Snapchat ofrece un sinnúmero de oportunidades para generar impacto.