Una de cada dos compañías familiares tiene riesgos de desaparecer en cada generación. Ante esto, el experto asegura que una forma de evitar problemas es analizar la relación entre los herederos.
Por Carlos Kaplun, director del Programa de "Dirección de la Empresa de Familia", de la Universidad Torcuato di Tella. (Especial para Multitaskers)
Las Empresas de Familia son parte de la medula de los negocios. Y así como son relevantes, también llama la atención las muchas dificultades que atraviesan en cada momento. Mucho se analizó y escribió sobre las crisis que se presentan en las Empresas de Familia. Si uno sacara algo así como “el ADN” de las causales de los problemas, el principal mínimo común denominador estaría circunscripto la relación entre unos personajes presentes en las empresas de familia desde épocas inmemoriales: los hermanos.
El resultado de los trabajos realizados con empresas y empresarios de familia en los últimos 30 años nos permiten asegurar que una de cada dos empresas de familia tiene riesgos de desaparecer en cada generación (cada 25 o 30 años) producto de dificultades en la relación entre los hermanos, provocadas por tres grupos de causas, a las que se pueden tipificar como “calderas” o “usinas de presión interna”:
Ahora bien, para dar un servicio a nuestros lectores, sigue a continuación un “botiquín de primeros auxilios” para poner un dique a la entrada de las mayores vías de acceso a problemas mayores. Comprenderlas ayudará en la tarea de mantener saludable a la empresa de familia. El objetivo es servir de instrumento de rápida evaluación de la situación en cada familia empresaria.
Los padres y sus hijos-hermanos, potencialmente socios de una empresa de familia, debieran considerar algunos temas tales como:
Nutrir, desarrollar y mantener la empresa familiar es un proyecto de maduración y crecimiento de un ser vivo. El éxito requiere trabajar anticipadamente. Si no, ¿habrá valido la pena tanto esfuerzo? Es aconsejable definir el acuerdo, protocolo o código de relación entre los sucesores.
Es la nueva Constitución que se dan, y a la que adhieren voluntariamente, los hijos-hermanos-sucesores-accionistas y quizá también directores y eventualmente trabajadores, jefes o gerentes de la Empresa. Pensemos que la Empresa de Familia tiene un lugar asegurado en la economía del Siglo 21. Lo importante es esforzarse, para que la de cada una de ustedes, sea una de ellas.