El éxito de Elite, la marca de colchones y muebles que casi se funde dos veces y hoy es un ‘boom’ en la venta por Internet. Leonel Reiz, su director Comercial cuenta sus inicios y proezas para sacar adelante la empresa que emplea a más de 36 empleados y cuenta con fábrica propia.
Elite es una empresa familiar con 7 años en el rubro que se dedica a la venta y fabricación de colchones sommiers y muebles. Se trata de una Pyme que percibe gran parte de sus ventas a través del e-commerce y en la actualidad apuesta por las franquicias. Su planta tiene 3.200 metros cuadrados donde se producen 600 muebles y 1.300 colchones por mes. Emplean a 36 personas. Leonel Reiz, responsable y fundador de la empresa compartió su historia con Multitaskers sobre los inicios de Elite.
Reiz recuerda sus momentos difíciles cuando sólo contaba con “un pantalón negro y una camisa blanca” y encontraba dificultad en conectarse con su motivación a la hora de negociar. "Tenía 30 años. Venía de Mar del Plata, donde me había ido muy mal". Un conocido del barrio, Ignacio Butera, quien hoy es socio de la empresa, trabajaba como gerente comercial de una empresa que comercializaba cámaras digitales y le ofrece a Leonel la posibilidad de reinventarse como representante de la marca en el interior. Sin embargo, la baja autoestima, reconoce Reiz, le jugaba malas pasadas. Pasaron dos años y un Leonel Reiz consolidado y seguro de sí mismo había desplazado al tímido y retraído. Esto se veía reflejado no sólo en su persona, sino en la cartera de clientes que había cosechado. Sin embargo, cuenta que había un sentimiento que pujaba por autosuperarse y aspirar a más.
En el mundo de los sueños
Primero como sugerencia de un amigo, luego como una meta a alcanzar, Reiz comenzó a investigar y evaluar el mercado de los colchones. Se acerca a una fábrica de colchones para explicarle su objetivo y, luego de otorgarle un lote de colchones para que comenzara a comercializar su marca propia, Reiz deja de ser empleado y se convierte en emprendedor y dueño de una Pyme. Las ventas fueron un éxito y el crecimiento instantáneo. Pasó de comercializar 50 colchones a 500, pero esto no era sinónimo de comodidad, sino más bien de más esfuerzo.
Ante tanta demanda, la empresa comienza a sufrir faltante de stock y problemas en las entregas de la mercadería y las cadenas de pago. En ese momento, el riesgo de fundirse estaba tocando las puertas de la empresa: “Volvía a sentir miedo que las cosas comenzaban a ir mal. No dormía. Le pedía por favor a los bancos que me cubrieran. Era una situación muy estresante”. En ese momento, el director Comercial de Elite se vio ante una encrucijada: cerrar o seguir para adelante.
La decisión estaba tomada. Era el momento de encontrar una figura que fuera capaz de fabricar colchones y autoabastecerse para seguir adelante. Hernán Giannone era esa figura quien, en ese momento, se encontraba queriendo dejar su trabajo anterior y encontrar nuevos horizontes. Hernán, si bien tenía experiencia en fabricación, no tenía idea de lo que era fabricar un colchón. Con algunas dificultades, logran despuntar el oficio de fabricar colchones y alquilan un pequeño espacio en Mataderos, provincia de Buenos Aires donde, “como malabaristas”, comenzaron la fabricación. La ventaja estaba en que las ventas se mantenían. Pero, nuevamente, volvieron a encontrarse con el fantasma de la solvencia. "Seguíamos sin tener respaldo financiero para diferir pagos de clientes mayoristas en el interior", confiesa Reiz. En esta ocasión, la respuesta vendría de la mano de un inversor.
Miedo, un viejo amigo
Victorio era el padre de Ignacio Butera, que estaba en la búsqueda de un proyecto para formar parte al momento de jubilarse. En ese momento, Reiz recuerda que sintió una doble responsabilidad. Una vez financiada la empresa, salen en busca de diversificar el negocio para no volver a pasar por lo mismo. La posibilidad de la venta por e-commerce se puso sobre la mesa. Al principio no se mostraba convencido ante el negocio de vender colchones en internet, "quién querría comprar un colchón sin tocarlo, sin probarlo antes" se preguntaba Reiz. En diciembre de ese año comenzaron las primeras ventas y para febrero del 2014, las ventas eran tantas que la esperanza de estabilidad se comenzaba a vislumbrar.
El Hot Sale del 2014 fue uno de los eventos que mejor recuerdan los socios de Elite. "No lo podíamos creer. Facturamos en dos días lo que vendíamos en tres meses". Hoy en día la Pyme cuenta con un equipo que contesta consultas desde las 7 hasta las 23.30 y trabajan 22 a 23 horas por día para abastecer las demandas. Actualmente, los cuatro socios de la Pyme lanzaron la franquicia de la marca, y evalúan la posibilidad de mudarse a un parque industrial. Para concluir, Leonel Reiz hace alusión a la importancia de "mirar el negocio", "confiar en sí mismo" y "meterle para adelante".
