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Augusto Mustafá, el joven de Elepants que marca el sendero de la industria textil

El creador de Elepants cuenta su historia, cómo nació la idea y los esfuerzos necesarios para llevarla a cabo. El empresario asegura que el modelo de negocios deberá cambiar y que la crisis es también una oportunidad.

Augusto Mustafá, el joven de Elepants que marca el sendero de la industria textil

Augusto Mustafá no sólo llamó la atención por ser el emprendedor de los pantalones coloridos que generaron una revolución en los adolescentes. El joven, reconocido por Forbes como uno de los treinta emprendedores más prometedores de Argentina, introdujo una nueva manera de hacer negocios. Elepants fue una empresa que se adelantó a los cambios y fluyó con la corriente, la misma que llevó a Augusto a convertirse en un referente de la industria textil. Sin embargo, la punta del iceberg colmada de éxito es fruto de aprendizajes, trabajo, esfuerzo y, por supuesto, saber lidiar con esa corriente.

¿Cómo nace la idea?

Pocas certezas tenía Augusto sobre el futuro cuando terminó el colegio. Como todos los jóvenes de esa edad, eligió una carrera que al poco tiempo decidiría dejar. Al poco tiempo, comenzó a trabajar en la empresa familiar. Sin embargo, siempre tuvo el deseo de emprender por su cuenta. De esta manera, en octubre del año 2012, nacía Elepants, con una inversión inicial de US$ 600. Augusto reconoce que siempre tuvo una forma de vestirse bastante particular, que llamaba la atención y, a veces, despertaba muchas críticas entre sus amigos. La historia de la empresa se remonta a 2008, año en el que Augusto visita Estados Unidos por primera vez. “Yo tenía dieciséis años y estaba sorprendido porque la gente se vestía muy distinto a los que estamos acostumbrados acá. Ahí empecé a comprarme ropa distinta, entre ellos, pijamas. Yo salía a la calle, iba a la playa y nadie me decía nada. Cuando vine acá a Argentina salía a bailar con mis amigos, iba al club, a los boliches, a todos lados en pijamas y me criticaban por eso”, recuerda Augusto. Sin embargo, asegura que no todas las reacciones eran negativas sino que, al contrario, mucha otra gente quedaba fascinada con los pantalones. Por este segundo grupo de personas fue que Augusto decidió apostar por los “pantalones pijama”. Así, nacía Elepants. 

La evolución del proyecto

Doscientos fueron los pantalones que pudo hacer con la primera inversión. Si bien hoy pareciera algo elemental vender por redes sociales, no lo era en aquel entonces. Es que, cuando Augusto comenzó a vender los pantalones por Facebook, las redes estaban lejos de ser un canal de venta como lo son hoy en día. “Yo arranco cuando era otro mundo el de las redes, lo que me permitió hacer mucho canje, llegar a muchos famosos con costos muy bajos. Hoy cambió y es distinto cómo se utiliza la herramienta. En ese momento, yo fui creciendo a la par del mundo de las redes y mundo digital”, explica el joven emprendedor.  Todo lo que Augusto ganaba vendiendo lo reinvertía. Así fue creciendo, de a poco. Al principio, pedía préstamos a conocidos, familiares y amigos, hasta que, finalmente, ingresó al circuito bancario. Para el crecimiento y rápida expansión que tuvo la empresa, fue fundamental el hecho de tratarse de un producto con alta rotación y rentabilidad. “Yo vendía diez pantalones y compraba para cuarenta”, afirma Augusto. Por otro lado, cuenta que la serie Aliados de Cris Morena, que comenzó a rodarse por 2013, fue de una gran ayuda: “Yo justo conocía a muchos de los chicos que estaban ahí castineando y eso me ayudó mucho a meter la marca en ese mundo. Fue increíble como orgánicamente fue creciendo”. Además, concluye que fue clave reinvertir, generar nuevos productos y nuevos desarrollos.

Una experiencia que trajo aprendizaje

En poco tiempo, Elepants tuvo un crecimiento exponencial. Si bien Augusto reconoce que siempre había tenido la ilusión de lograr un éxito grande, no esperaba que el mismo llegara tan rápidamente. “No estaba preparado y mucho fue a los golpes. De hecho, yo en el medio dejo la facultad. Estaba estudiando publicidad pero la universidad no me estaba dando las herramientas y recursos que necesitaba para encarar lo que me pasaba laboralmente. Me pasó que había crecido más la empresa que yo. Entonces, me abrí de la carrera y me anoté en un curso de dirección para pymes que me permitió ordenarme en un montón de aspectos”, remarca Augusto. 

Además, el empresario resalta que haber vivido muchas situaciones lo lleva a estar en un lugar en el que está poniendo más el foco en las cosas importantes. “Ahora trato de parar un poco la pelota y no ir con la corriente. Antes por ahí venía un viento de cola que me llevaba, me llevaba y yo iba con él”, reconoce Augusto. 

Por otro lado, agrega: “A mí lo que me hace tomar dimensión de muchas cosas fue el crecimiento exponencial que tuvimos siendo tan joven. Hoy empiezo a valorar un montón los consejos que te da la gente más adulta y los tomo muy en serio. A veces, uno por ser terco y joven no escucha y cree que se las sabe todas. El tiempo te termina demostrando que no es así”. 

El mundo digital y hacia dónde virará la industria textil

Hoy en día, cualquier emprendimiento tiene presencia online. Augusto sostiene que es muy difícil crecer exponencialmente hoy en esos medios como sí lo era posible años atrás. Según el emprendedor, el auge del mundo digital estuvo en el 2016, con escalas de crecimiento anual de un 1.000%, pero después comenzó a caer. “Estamos en una crisis y la gente hoy vuelve a comprar en ferias, outlets y showrooms. A todas las marcas les cuesta mucho vender por Internet a razón de lo que se vendía antes. No es que se venda poco, pero sí mucho menos que antes”, enfatiza. Además, adhiere que, hasta que no baje la logística en Argentina, lo online no va a volver a explotar. A su vez, explica que “lo online y digital se bombardeó tanto que hoy en día la gente sólo compra en Internet con descuento”. Hoy la calle no vende pero, frente a eso, estamos ante una gran oportunidad para que los que están abajo comiencen a salir.  Por último,  sintetiza que el modelo de negocios de la industria textil en Argentina es insostenible, muy lento y costoso. Por lo tanto, hay una necesidad de reformularlo y buscar nuevas formas. 

No hagas negocios sin ella