Si hay algo de lo que entiende Alfonso Bonfiglio es de pasión. Su empresa de construcción, Anclaflex, nace en plena crisis del 2001, con un país al borde del estallido. La necesidad de “flotar” en un mar embravecido y la pasión llevaron a quien es hoy presidente de la empresa y tres personas más a comenzar con el proyecto que tenía como objetivo fabricar masilla para el rubro de la construcción. Como se atestigua en otras notas de Multitaskers, esta crisis nacional fue el motor para que numerosos emprendimientos vieran la luz y emprendedores se adentraran en el fascinante mundo de los emprendimientos independientes.

Cómo menciona Bonfiglio, “muchas veces, ante ese tipo de situaciones, es cuando más se expresa la creatividad”, haciendo alusión a los momentos de crisis. Ahora bien, para dar inicio a lo que hoy es una empresa consolidada hace 15 años. En sus comienzos, el emprendedor devenido en presidente describe que se juntaron y “empezamos a hacer lo que cada uno sabía”, sumado a cuatro personas que comenzaron a trabajar y una inversión de 20.000 dólares.

Desde el vamos

Parados en el punto cero, quedaba menos que pensar y mucho por hacer. Para ello, una vez trazado el plan, el efecto dominó entró en juego: “Cuando arrancamos, nuestra estrategia consistió en reemplazar la masilla importada, que en ese momento era el 50% del mercado, por la masilla que comenzábamos a fabricar nosotros. Luego de varias pruebas de producto y con la estrategia bien clara nos empezamos a relacionar con locales de construcción en seco”. A medida que fue pasando el tiempo el negocio fue mutando y, como aclara Bonfiglio, la estrategia no fue la misma. Fue así como relata, con una mezcla de flexibilidad y determinación, “llegamos a diferentes segmentos del mercado con una amplia variedad de productos, en la que hoy los revestimientos texturados son nuestra estrella”.

Los emprendedores originales de la empresa de materiales recuerdan con alegría lo que en un momento fue un acontecimiento negativo, pero no por eso desalentador. Al año siguiente de la fundación de la empresa, con un país acomodándose, la facturación del mes de enero fue de tan sólo 200 pesos. “Hoy vemos donde estamos parados y es inevitable pensar que en toda crisis hay oportunidades. Sólo hay que estar atentos para reconocerlas y poder aprovecharlas”. Por otro lado, la contracara fue el año 2016, descrito por la voz de la empresa como un año “de reacomodamiento en las diferentes variables en donde, en nuestro caso en particular, y rompiendo con lo que pasó en el mercado en general, fue un muy buen período ya que no sólo no bajaron nuestras ventas, sino que crecimos notablemente”.

Ladrillo a ladrillo

Con respecto al 2017, Bonfiglio cuenta que desde la empresa esperan el “boom de las obras públicas”, algo bien visto por una empresa de construcción que aseguran “ayudará a crecer el negocio gracias a las subas controladas de los precios”. Aun así, desde la empresa saben muy bien que para que un negocio sea exitoso no consigue solamente aguardando que vengan tiempos mejores, sino a través de estrategias constantes y sonantes. “Para nosotros la mejor manera de fidelizar a los clientes es ofreciendo productos de excelente calidad y que sean competitivos. Además, siempre buscamos brindar el mejor servicio que podemos y estar atentos a lo que el mercado y nuestros clientes necesitan”.

Por último, el presidente de Anclaflex comparte con los lectores de Multitaskers algunos consejos que le hubiese gustado recibir desde el comienzo de su carrera como emprendedor: “Saber que de un momento para otro las reglas del juego pueden cambiar inesperadamente, es algo que es bueno saber y que me lo fueron confirmando estos 15 años que llevamos con la empresa”.

“El consejo que siempre doy es que para comenzar con un emprendimiento hay que tener un proyecto y una idea bien clara, pero sin duda el único secreto es meterle 100% de ese condimento mágico llamado pasión”, cierra.

Anibal Parera