La evolución de las tecnologías y los cambios que esta misma trajo a los distintos puestos de trabajo, ha puesto en debate si, estas modificaciones, produjeron la denominada “crisis de empleo”. Mientras que para algunos es una problemática que afecta al capital humano, para otros, es una gran oportunidad ya que la transformación digital y la era del conocimiento están, en realidad, transformando la forma de trabajo. Es decir, que hay que estudiar cosas distintas para aplicar a estos trabajos distintos que están apareciendo. Es, en este contexto, donde nace la denominada “Economía del conocimiento”, un sector que hoy, representa el 22% del PBI en Argentina.

“Se trata de industrias que capitalizan el aporte del conocimiento para generar valor en sus procesos y en la calidad de sus productos y servicios”, explica Carlos Anino, CEO de Napse Global, en su entrevista con Multitaskers, el sitio de American Express para sus clientes pyme. Cuando se habla de “industria de conocimiento” el experto agrega que se refiere a la “investigación y desarrollo software, tecnología, servicios biológicos, profesionales de exportación, nanotecnología, audiovisual, industria aeroespacial y satelital, inteligencia artificial, ingeniería industrial, internet de las cosas, sensores, manufactura, realidad aumentada, realidad virtual y, en un marco general, todo lo que engloba la industria 4.0”.

¿Por qué se dice que la economía del conocimiento es el sector más “dinámico” de la economía? Según Anino, el dinamismo se da en que los sectores de esta industria “son apalancadores de los otros sectores y ayudan a impulsar la productividad de la economía en su conjunto”. Actualmente emplea de manera directa a más de 430.000 personas y otro tanto independientes y posee exportaciones superiores a 6000 millones de dólares. Estos números provocan que sea un pilar del desarrollo que, según afirma el CEO, hay que “implementarla de mejor forma, para que el crecimiento sea cuantitativa y cualitativamente superior”. 

Generador de emprendedores

Además de forjar nuevos puestos de trabajo y formas de trabajar, la economía del conocimiento también es potenciador de emprendedores. “La aparición de nuevas tecnologías trajo consigo una explosión de oportunidades. La generación de conocimiento a través de la cada vez mayor cantidad de información disponible, en conjunto con la desintermediación que están sufriendo múltiples sectores de la economía, permite el surgimiento de emprendedores dispuestos a aprovechar esas oportunidades”, manifiesta detalladamente el fundador de la empresa especializada en soluciones de automatización comercial.

Con respecto al país, el responsable de la Dirección Estratégica y de Desarrollo de Negocios de la compañía explica que la Argentina tiene una “posición privilegiada” en este contexto, ya que cuenta con “recursos humanos de gran talento y con un ecosistema de emprendedores que empieza a consolidarse y que es terreno fértil para que cada vez más personas empiecen a aprovechar las ventajas y oportunidades que brinda la economía del conocimiento”.

Para definir el perfil y las características de estos nuevos emprendedores, el Licenciado en Sistemas por la Universidad de Buenos Aires, sostiene que tienen un perfil altamente calificado: “Son innovadores, están atentos a las nuevas tecnologías, combinan los conocimientos duros de la ciencia con habilidades blandas para liderar organizaciones. Están muy apegados a los procesos y a trabajar sobre métricas, KPIs (Key Performance Indicators) y OKRs (Objectives and Key Results)”, define al sitio.

Una ley que promete

El crecimiento de la Economía del Conocimiento ha provocado que haya una revisión y actualización en el sistema legal que promueva y proteja la actividad. Es por es que se presentó un proyecto promovido por los diputados Luciano Laspina, Juan Brugge y Marco Lavagna en busca de fomentar y desarrollar las denominadas empresas de la economía del futuro. La norma que fue sancionada por el Congreso no solo promoverá el sector clave, sino también fomentará el desarrollo y la evolución de otros sectores de la economía a través de ideas, innovación y digitalización, entre otros, que permitirá un aumento de la productividad.

“La amplitud de alcance del proyecto supone una desburocratización del acceso al sector, la incorporación de manera directa de aproximadamente 3500 pequeñas y medianas empresas que aún no gozan de los beneficios impositivos o de exportación que la ley en debate propone y refuerza. Son cerca de 500 las contempladas en la actualidad”, define Anino.

Con esta propuesta y siguiendo la inercia del crecimiento, para 2025, se estima que la industria del conocimiento, según el CEO, “representará un PBI del 25% y la proyección apalancada en políticas públicas superadoras podría alcanzar un 30% y así avanzar en el camino si nos comparamos con países desarrollados como Japón (37%)”. 

De “crisis” a “transformación” el nuevo empleo comienza a mostrar sus beneficios y, las pyme y nuevos emprendedores, ya empiezan a sentirlo.