El mercado emergente de los drones va dejando de lado las jugueterías para dar paso a su transformación como herramienta de trabajo. Se pueden distinguir dentro del rango en los que operan los drones áreas como agricultura, seguridad cívica, topografía, medicina, ingeniería, producciones artísticas para el entretenimiento y más. Hexacam y Foto Aérea son dos empresas argentinas que utilizan drones para brindar servicios y hasta llegan a fabricarlos. Julián Mackern y Marcelo Guarnaccia dialogan con Multitaskers y explican a sus lectores cómo ‘pilotean’ el mercado interno.

“El mercado nacional de drones está en auge constante”, asevera Guarnaccia, Realizador Audiovisual, Manager & Director en Hexacam, refiriéndose de la venta y no a la fabricación porque, según menciona, “la gran mayoría de lo que se vende en nuestro país es importado y se fabrica en China y EEUU”. La empresa del realizador audiovisual viene trabajando hace más de veinte años en la industria del video y la TV. En 2013, con la salida del primer estabilizador robótico inteligente (llamado “gimbal”) fue posible, como cuenta Guarnaccia, “grabar en video imágenes aéreas con estabilización y precisión casi perfectas. Este accesorio se complementaba al drone y era la combinación perfecta para nuestras necesidades”.

Foto Aérea, de la mano de Julián Mackern (diseñador industrial) brinda hace cinco años servicios de fotogrametría para el sector agropecuario, destacándose por la creación de sus propios drones. “De a poco dejamos el servicio de lado para diseñar, desarrollar y producir drones argentinos para que otros brinden el servicio”, comenta al medio. “Nosotros -menciona Mackern- nos especializamos en drones para la agricultura y la agrimensura, pero hay muchos sectores que nos están pidiendo equipos y donde los drones pueden hacer la diferencia” entre los cuales se encuentran bomberos, parques nacionales, policía, equipos de búsqueda de persona, biólogos, médicos, ingenieros civiles, topógrafos, entre otros.

Vuelo de emprendedor

El boom de los drones en el país se da a partir de la aparición mencionada por Guarnaccia, del mencionado gimbal robótico inteligente (aplicado al video), como también de una nueva tecnología (basada en posicionamiento de GPS) empleada para poder operar los drones a través de un radiocontrol y de manera muy precisa y sencilla. El director de Hexacam recuerda que la compañía DJI (China) era la encargada de desarrollar estos avances en drones y así fue cómo se “adueñó en muy poco tiempo de la totalidad del mercado de drones en el mundo”.

Los procesos relacionados con innovaciones tecnológicas fueron el desencadenante de que ya no se necesita una técnica ni una destreza especial para poder operar estos dispositivos voladores, “todo era más fácil, accesible y a prueba de fallos”, describe Guarnaccia y sitúa al 2013 como punto de referencia temporal.

En el caso de la empresa donde trabaja Mackern, existe un equipo conformado por cartógrafos, técnicos informáticos, biólogos, pilotos instructores de vuelo e ingenieros. “Nosotros fabricamos los drones”, apunta el diseñador industrial. A esta fabricación, “les colocamos cámaras RGB, termales y/o multi espectrales y los vendemos con software incluido para el procesamiento de imágenes”. Así es como Foto Aérea brinda cursos sobre drones en la agricultura. “Tenemos armado una red de servicios para quien necesite que alguien le vuele el campo con un drone, haya algún cliente nuestro cerca que le pueda hacer el trabajo”. Al uso de drones se le puede adjudicar, por ejemplo, un motivo de mejoramiento en prácticas que favorecen al medioambiente como comprobaron desde la empresa que fabrica drones: “Además de la diferencia económica que percibe el productor agropecuario, el medioambiente sufre menor cantidad de impacto al utilizar menos químicos y contar con cultivos más eficientes.

Controles para su uso

Marcelo Guarnaccia expone acerca de las disposiciones y reglamentaciones implementadas recientemente en nuestro país a cargo del ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil) que es el ente encargado de ordenar y controlar nuestro espacio aéreo: “Para vuelos recreativos (no más de diez metros de altura) no hace falta tener al drone matriculado ni obtener la licencia de piloto de VANT (vehículo aéreo no tripulado), pero eso cambia cuando las realizaciones de los vuelos son en altura y con fines de lucro, investigación o de uso profesional”. Para este último caso, menciona el manager de Hexacam, se deben hacer cursos técnicos de formación y concientización de vuelo, “como así también estudios psicofísicos y examen de pilotaje”, agregando finalmente la obligatoriedad de “contar con un seguro de responsabilidad civil junto a la respectiva licencia para poder volar”.

Ambos expertos en drones, están de acuerdo que el uso de drones para brindar servicios viene ampliando su acción en varios campos y disciplinas profesionales, trascendiendo las del entretenimiento y ocio. Como conclusión, Mackern describe esta área del emprendimiento como un mercado “creciente que ya se está alejando de los juguetes, donde los drones son herramienta que están tomando protagonismo y mostrando la infinidad de soluciones que pueden brindar”. El Director de Hexacam con experiencia en el video aéreo profesional reconoce que el uso de los drones “fue la solución perfecta para nuestras inquietudes y necesidades a la hora de generar imágenes aéreas profesionales, logrando un nuevo punto de vista en la industria del video con resultados eficaces y sorprendentes”.

Anibal Parera