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De la producción al ‘delivery’, lo orgánico se expande al ritmo de la demanda

Los productos orgánicos y agroecológicos vienen en ascenso desde hace dos décadas. Ahora, como nunca, la industria gastronómica, de exportación y el consumo masivo tomaron nota. Cuáles son los productos que más se producen y exportan.

De la producción al ‘delivery’, lo orgánico se expande al ritmo de la demanda

La multiplicación por distintos puntos del país de locales, mercados, restoranes y ferias que promueven la venta de productos orgánicos, sumado a la creciente exportación de países es parte del prolongado desarrollo que está tomando esta industria. Si bien hoy, a nivel mundial, sólo entre 3% y 4% de lo que se consume es orgánico, hay una creciente tendencia inclinada a los hábitos saludables y el cuidado del medioambiente por parte de los consumidores. Además, la Argentina ya es el segundo país del mundo en extensión de producción de orgánicos, detrás de Australia.

Ricardo Parra, director del Movimiento Argentino para la Producción orgánica (MAPO), da detalles de este mercado a Multitaskers, el sitio de American Express para las Pymes: “En 2017, respecto del año anterior, Argentina exportó orgánicos por un valor 300% mayor a Estados Unidos”. El MAPO es una organización integrada por socios, productores, cámaras y certificadoras, que lleva la palabra de todos ellos ante organismos como el SENASA, el Ministerio de Agroindustria, de Ciencia y Tecnología, de Producción, la Facultad de Agronomía, el INTA y el INTI, entre otros. “Cuenta con 22 años de vida y es el único ente que aglutina a todo el sector”, comenta Parra.

 

Ranking de orgánicos

Del total de los productos exportados, los que más destacan son los derivados de la agricultura: soja, maíz, trigo, aceites, vinos, frutas frescas, mermeladas, yerbas y té. En una época también se exportó carne, pero desde hace años se pusieron restricciones que hicieron que el negocio no fuera tan atractivo. De cara a futuro, se espera que se incremente el mercado, al hacerse los productos más competitivos por el tipo de cambio.

“La única producción que te asegura que el elaborado final sea rico, saludable, que no tenga pesticidas, agrotóxicos y que te encuentres solo con el producto y sus propiedades naturales, es la producción orgánica”, detalla Parra. Desde entidades públicas como el INTA, se promueve en cambio la producción agroecológica, que, si bien busca seguir los mismos estándares, intenta hacer estos productos asequibles a cualquiera al saltear el rol de los certificadores; que encarecen los productos al garantizar el control en toda la cadena de producción.

Parra considera que “estamos atravesando una etapa de maduración” a nivel sociedad en relación a esta cuestión, por lo que todavía no es mucha la concientización de que al estar comiendo un producto orgánico se está cuidando al medioambiente. Y pone el ejemplo de la miel orgánica, resaltando que al fabricarla también se asegura la supervivencia de la abeja y de todo el ecosistema: “Es una producción sustentable que tiene como premisa el cuidado de la tierra y es comprobable, no gastamos plata reparando, sino todo lo contrario”, manifiesta.

Desde el punto de vista económico también se presenta como una ventaja, sobre todo por la gran demanda. “Todo lo que uno produce se vende”, explica Parra, y también tiene un precio estable: no sufre picos de precios, por más de que se trate de commodities (bienes transables en el mercado de valores), como sí lo tiene la soja convencional. Además, es una llave de entrada a mercados donde hoy lo convencional argentino no entra y sí lo hace lo orgánico.

La legislación

Actualmente, la Ley 25.127 encuadra, motiva y fomenta la producción de orgánicos. Dentro de los beneficios de contar con una norma que la ampare es el hecho de que salga con un sello orgánico (equivalencia a las exigencias con respecto a otros países), donde hoy por hoy, a nivel mundial, Argentina está entre los más exigentes: “Nuestro país, en la mayoría de los casos, sobrecumple las exigencias y su producto es muy preciado en el mundo”, remarca Parra.

Además, en 2017 el Ministerio de Agroindustria puso en marcha el Programa Nacional de Promoción de Certificados Oficiales de Calidad en Alimentos Argentinos "Sumar Valor", dirigido a incentivar a las micro, pequeñas y medianas empresas productoras y/o elaboradoras de alimentos y/o bebidas. El objetivo, cuenta, “es potenciar las oportunidades de las pymes para agregar valor y contribuir a mejorar sus condiciones competitivas, ofreciendo nuevas alternativas productivas y comerciales".

La industria se suma

Muchas empresas de consumo masivo y de la industria gastronómica están acompañando esta tendencia lanzando líneas de productos e importando marcas que apuntan al cuidado de la salud y el medioambiente. Un ejemplo es Natura Siberica, una firma de dermocosmética que produce cremas y champúes con extractos naturales, trayendo una línea de treinta productos, algunos de ellos certificados como orgánicos; para venderse en farmacias, peluquerías y dietéticas. Por su parte, LOreal sacó al mercado Biolage Raw, una serie de productos con ingredientes naturales, según destacan en la empresa.

Dentro del rubro gastronómico también se está generando una expansión con cafeterías, restaurantes y almacenes que ofrecen comida sana y natural. Dentro de los destacados está Green Eat, creada en 2011, que es un restaurante vegetariano que hoy cuenta con más de una decena de locales en la Ciudad de Buenos Aires y la zona Norte del Gran Buenos Aires. Allí se pueden encontrar sándwiches, ensaladas, platos calientes, licuados y café. Luego aparece Tea Connection, con una propuesta relacionada con el té y que ya cuenta con 13 locales.

También aparecen los deliverys de comida saludable: uno de ellos es The Food Market, que es un sitio web para hacer pedidos de snacks saludables, productos elaborados (tartas vegetarianas, hamburguesas veganas), condimentos y productos sin gluten. La mayoría de ellos elaborados por productores orgánicos. Otro caso es Pachamama Orgánicos, que se sumó hace cinco años y se elaboran desde frutas y verduras orgánicas certificadas hasta aceites, azúcar, miel, harinas, panificados, repostería artesanal e infusiones.

No hagas negocios sin ella