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Cómo transmitir seguridad: Lenguaje corporal y postura.

Podés proyectar confianza a través de tu lenguaje corporal. Aquí hay siete consejos sobre cómo transmitir seguridad en situaciones de negocios.

Cómo transmitir seguridad: Lenguaje corporal y postura.

La capacidad de entrar en una habitación y transmitir confianza, comunicar tu compromiso y confiabilidad es esencial en las interacciones comerciales. Cada gesto puede decir mucho sobre quién sos, cómo te sentís y cuánto te importa el trabajo que estás haciendo.

"Vos tenés el control del mensaje que estás enviando", escribe Barbara Pachter en su libro The Essentials of Business Etiquette. "Si proyectás una imagen segura, creíble y serena, la gente te responderá como si fueras todas esas cosas".

¿Tus señales no verbales envían el mensaje correcto? ¿Parecés accesible al mantener contacto visual y usás gestos que hacen que las personas se sientan cómodas? ¿Te inclinás hacia adelante para escuchar y participar?

Esos detalles físicos pueden abrir oportunidades en los negocios y pueden crear barreras innecesarias si no les prestás atención. Considerá los siguientes siete consejos que pueden traerte grandes cambios que ayuden a traer nuevas oportunidades comerciales a tu vida.

1. Mantené una postura asertiva.

Podés lucir confianza con una postura asertiva que te haga transmitir equilibrio y calma. Cuando estés de pie, mantené los pies firmemente plantados en el suelo, separados a la altura de los hombros, y distribuí el peso por igual en ambas piernas. Incliná los pies hacia afuera y en la dirección de la persona con la que está hablando para indicar que estás escuchando las ideas y opiniones de esa persona.

"Esta es una postura asertiva", explica Pachter. "Es una postura que proyecta confianza, no inseguridad. Transmitís receptividad hacia la persona con la que estás hablando".

Si te sentás en una silla para trabajar, practicá una buena postura. Mantené la espalda recta con la parte trasera hacia el respaldo de la silla y los pies firmemente plantados en el suelo. En esta posición, deberías poder pararte derecho sin tener que inclinarte hacia adelante primero. Este tipo de posición sentada pone la menor cantidad de tensión en los músculos de apoyo, lo que ayuda a prevenir el dolor de espalda y cuello y ayuda a desarrollar un núcleo fuerte. Estos beneficios pueden ayudar a mejorar tu postura de pie, lo que lleva a menos dolor y también a una mejor respiración.

2. Adoptá poses de poder.

Ya sea que tengas una gran presentación o te reúnas con personas importantes, debes creer que tenés confianza y merecés la oportunidad. La psicóloga social Amy Cuddy dice que aprender a tener confianza y luchar contra las dudas puede comenzar con solo dos minutos de varias poses de poder.

Según Cuddy, las posiciones abiertas del cuerpo te ayudan a ocupar espacio y enviar señales al cerebro de que te sentís seguro. Como resultado, el cerebro produce más testosterona y reduce los niveles de cortisol, haciéndote sentir mayor tranquilidad y seguridad.

Cuddy explora más a fondo cómo las poses de poder pueden cambiar nuestras actitudes en su libro Presence: Bringing Your Boldest Self to Your Biggest Challenges. Ella señala que cuando tu cuerpo imita los gestos que haría una persona poderosa, tu cerebro comienza a creer que contás con mayor poder. Esos empujones de cuerpo y mente, dice, te permiten omitir cualquier conversación negativa y patrones de pensamiento que puedan obstaculizar la productividad.

Cuando estás cerrando un trato, colocá ambas manos sobre la mesa e inclinate hacia adelante para mostrar que tenés compromiso. Al dar una presentación, hacé una pose rápida justo antes de estar frente a tus colegas. Levantar las manos en el aire y pararse con los pies bien separados durante dos minutos puede ayudarte a sentir seguridad y poder.

3. Cuidá tus manos.

Todos conocemos el poder de un buen apretón de manos, pero tus manos pueden decir mucho más que un simple "hola". Pueden ayudar a mejorar tu mensaje verbal, invitar al diálogo y transmitir respeto.

Durante una presentación, hacé un gesto con la mano abierta, con la palma hacia arriba, hacia el contenido que estás presentando. Esto puede tener un efecto positivo en los demás, comunicando aceptación, apertura, cooperación y confiabilidad.

4. Prestá atención a tu cara.

¿Qué comunican tus expresiones faciales durante las reuniones e interacciones de negocios? Si tendés a fruncir el ceño o entrecerrar los ojos cuando alguien habla, tus señales no verbales pueden transmitir un mensaje que no tenés interés. Tratá de relajar los músculos y sonreí más a menudo cuando conozcas gente nueva, lo que puede ayudarte a sentirte más feliz.

5. Mantené el contacto visual.

Cuando mantenés un contacto visual apropiado, comunicás honestidad, accesibilidad y confianza. Le estás mostrando a la gente que tiene toda tu atención.

Asegurate de que tu contacto visual sea apropiado y no demasiado agresivo, lo que podría incomodar a los demás. En In The Power of Eye Contact: Your Secret for Success in Business, Love, and Life, el autor Michael Ellsberg dice que “para que el contacto visual se sienta bien, una persona no puede imponer su voluntad visual a otra; es una experiencia compartida”.

Las personas que no mantienen contacto visual o son las primeras en romper el contacto visual pueden indicar que están ocultando algo o se sienten incómodas, o se consideran sumisas con la persona con la que están hablando.

6. Imitá el lenguaje corporal de otras personas.

Una forma efectiva de relacionarse rápidamente con los demás es imitar sus gestos, posturas, cualidades vocales y manierismos. Estos pequeños movimientos indican interés y que buscás construir una comprensión y una conexión con las personas.

Por ejemplo, si alguien está sentado de cierta manera, considerá sentarte en una posición similar. Si a esa persona le gusta hablar con las manos, es posible que quieras incorporar movimientos similares en la conversación. Si esa persona tiende a hablar más despacio, intentá igualar su ritmo y volumen.

No es suficiente imitar o copiar el lenguaje corporal de otra persona, también necesitás saber cuándo no es apropiado hacerlo. El éxito de reflejar se reduce a que se sienta y parezca natural, no a imitar o irritar a los que te rodean.

7. Evitá la inquietud.

Si sentís nervios, podías hacer cosas como hurgar en tu bolsillo, dar golpecitos con el pie repetidamente o jugar con tu cabello. La inquietud es improductiva para proyectar confianza. Estos movimientos pueden aparecer como signos de nerviosismo, frustración o aburrimiento, lo que le resta valor al mensaje que estás tratando de comunicar y evita que las personas lo entiendan.

Prestá atención a lo que desencadenan esos hábitos, para que puedas reemplazarlos por otros más productivos. Por ejemplo, si jugás con tu cabello, considerá hacerte un moño o peinarte para que quede fuera del alcance de tus dedos. Si te inquietas para combatir el estrés, respirá hondo unas cuantas veces para calmar tus nervios. También podés considerar realizar actividades físicas para ayudar a eliminar el exceso de energía. Por ejemplo, intentá salir a correr o hacer flexiones antes de una presentación.

En conclusión

No permitas que tu lenguaje corporal socave tu eficacia en los negocios. Dado que la mayor parte de la información que recibimos proviene de señales no verbales, recordá prestar especial atención a los tipos de mensajes que transmite tu lenguaje corporal. Ciertamente podés ganar confianza con el tiempo, pero cuando estés en apuros, usá los consejos anteriores para ayudarte a sentir confianza ante cualquier desafío al que te enfrentes.

 

No hagas negocios sin ella