Para muchos, la idea de dar una demo de producto frente a clientes potenciales genera nervios: los imprevistos técnicos y las preguntas inesperadas parecen infinitos. Pero con preparación, es posible lograr una presentación clara, atractiva y efectiva. En esta nota encontrarás claves para dar una demo que capte la atención, informe y genere confianza.
También conocida como sales demo, permite mostrar en detalle cómo funciona un producto y qué valor aporta. Existen tres formatos principales:
Toda demo efectiva incluye: introducción breve, demostración clara y conclusión con un llamado a la acción. Empezá mostrando las funciones más potentes para generar impacto inmediato.
Si usás presentaciones, reemplazá el exceso de texto por imágenes que refuercen el mensaje. La audiencia recuerda más lo que ve que lo que lee. Limitá el texto a una frase por slide.
Cuanto más conozcas a tu público, más relevante será tu demo. Personalizala según las necesidades del cliente: no es lo mismo una demo para un consumidor final que para un cliente corporativo.
No es una capacitación, es una demostración. Enfocate en las funciones que resuelven los problemas del cliente. Mostrar demasiado puede aburrir o diluir tu mensaje.
Prepará un guion que acompañe cada paso de la demo para evitar silencios incómodos. Aprovechá los tiempos muertos para contar casos de uso o beneficios.
La energía, el lenguaje corporal y el entusiasmo transmiten confianza y pueden ser tan influyentes como las características del producto.
Murphy siempre está presente en las demos. Prepará un plan B: llevá equipos de respaldo, grabá la demo en video, tomá capturas de pantalla y practicá cómo reaccionar ante fallas técnicas.
Una demo bien ejecutada es una de las formas más efectivas de mostrar el valor de tu producto y diferenciarte de la competencia. Preparar a tu equipo para dar presentaciones atractivas puede marcar la diferencia entre captar un cliente o perder la oportunidad.