Las tiendas de artículos para el hogar, objetos de regalos y otro de productos en general, se han convertido en la excusa perfecta para trabajar de manera independiente e iniciar un nuevo camino emprendedor. Cada uno con sus especialidades, sus diseños y sus historias decidieron lanzar sus bazares. Multitaskers reunió y conversó con Enseres Bazar y Bazar de la esquina que contaron sus experiencias y el mundo detrás de la meca de los accesorios.
Las historias de ambos emprendimientos son muy similares. Dejaron en el pasado sus trabajos de dependencia para iniciarse en el universo bazar. Para el caso de Enseres Bazar, su creadora, Cecilia Miranda, pasó por varias instancias antes de iniciar su proyecto con su marido fotógrafo de moda, Miguel Esmoris. Luego de abandonar su trabajo, la decoradora se asoció con Ingrid Butner, para crear juntas el taller Azul, donde ofrecían trabajos de interiorismo y restauración de muebles. Tras haber ingresado al mundo de la cerámica y desarrollar Barro Argentino, una línea de vajilla que comercializó por un tiempo, y trabajar como directora de arte de los programas de Narda Lepes, Dolli Irigoyen y Donato de Santis, finalmente, en 2011, lanzó Enseres Bazar. “Es un proyecto que nace como resultado de una búsqueda personal que se revela a los tiempos atropellados que propone nuestra contemporaneidad”, relata la propia fundadora Miranda.
La historia de Bazar de la esquina comienza en 2009 cuando Yamilet Acosta cansada de trabajar en un comercio como vendedora en el microcentro sola donde “salía de casa a las 8am para abrir el negocio a las 9 y llegaba a casa a las 9.30 aproximadamente” y en recomendación de su compañero de vida comenzó el proyecto especializado en venta de artículos para la cocina. “Un amigo nos dijo que tenía un local disponible a muy buen precio en Flores y que además tenía un pariente que vendía cosas de bazar al por mayor. Fuimos al local, hablamos con el vendedor y arrancamos de socios”, cuenta Acosta en conversación con el sitio.
El éxito o no de estas tiendas de accesorios para la cocina o para el hogar, dependerá mucho de los artículos que se presenten. El diseño, los colores, la funcionalidad de los mismo serán puntos relevantes para tener en cuenta. Es por eso que, la selección de los mismos proveedores o la creación de colecciones propias, será un trabajo fino a realizar. “La selección de utensilios y objetos requiere una mirada aguda y una gran afectividad”, expresa Miranda que, sobre su proyecto, cuenta que existen dos tipologías de objetos. Por un lado, los que pertenecen a la “selección”, es decir productos realizados por terceros y los que pertenecen a la “colección”, que reúne objetos de diseño exclusivo, limitado y de industria argentina, preponderando “el vínculo oficio-diseño tanto en su fabricación como en su funcionalidad”.
Sobre el contacto con los importadores y fabricantes, Acosta manifiesta que “se contactan vía mail, nos envían catálogos y yo hago la selección de los productos”. Para el caso de Bazar la esquina, su creadora cuenta que poseen algo de 180 proveedores porque “no me gusta todo lo que tienen, con lo cual le compro un poco de lo que trae cada uno y a mí me importa mucho que sean de buena calidad en materiales y terminación".
Para agregar, la decoradora sostiene que los objetos que habitan en el local “representan los valores que nos identifican” y estos, se asocian con el hecho de “reivindicar el tiempo de trabajo, con detener el automatismo y la aceleración propia de éstos tiempo y lograr contemplar lo que suponemos insignificante en nuestra vida cotidiana”. Esto, influye en las características del público que visita en el local.
Más allá de los objetos presentes en el negocio para atraer a los consumidores debe haber un plus distinto que los destaque de la competencia. “Es muy difícil destacarse en un país con pocos importadores del rubro, donde a veces algunos venden a consumidor final también, de manera que no se les puede competir con precio”, explica al hablar sobre el tema la fundadora de Bazar la Esquina. Es por este mismo motivo que declara que la diferencia está con la atención y el servicio.
“Trabajamos para que nuestros clientes se lleven sus compras contentos y además con la tranquilidad de que si tienen un problema, van a ser bien atendidos y se les va a resolver el problema, ya sea con el cambio del artículo o la devolución del dinero”, explica. Para cerrar Acosta aconseja a los nuevos emprendedores dentro de la materia y cierra con un mensaje que está vinculado principalmente a los clientes, la razón y el eslabón principal del crecimiento de los bazares:
“Enfoquen en el cliente, que lo escuchen y que por más disparatado que sea el reclamo, que le dediquen un ratito de reflexión, porque siempre hay un mensaje que puede sumar a la mejora y diferenciación del negocio. Hay que estar dispuesto a perder dinero en ocasiones, pero muchas veces ¨perdiendo se gana¨ porque un cliente contento te recomienda, a veces te traen amigas de la mano para comprar. Un cliente enojado te puede hacer un desastre, hoy con la cantidad de sitios que hay para opinar es muy simple y muy difícil de remontar”.
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