No todo es rosa y celeste en la vida de los niños. Los juguetes ‘inclusivos’ son parte de una tendencia que rompe modelos y conceptos arraigados en nuestra sociedad desde antaño. Un claro ejemplo son los roles y estereotipos que “definían” y diferenciaban a niños y niñas, que están pronto a desaparecer o, al menos, a diluirse. De la mano con esto, se sumaron nuevos términos que se fueron familiarizando e instalando dentro de la industria, como es el caso de los juguetes inclusivos, unificadores o no sexistas.
En relación con esto, Julián Benítez, Gerente de Relaciones Institucionales de la Cámara Argentina de Juguetes, afirma a Multitaskers, el sitio de American Express para las Pymes, que desde hace años la industria viene lanzando productos desde una perspectiva de género no parametrizado. Es decir, no solamente hacer cocinitas rosas o herramientas para los chicos. “Nos encontramos con una sociedad que está más madura y reclamando esta clase de juegos, al mismo tiempo que la industria está sujeta a constantes diseños e innovaciones, con lo cual hay nuevas propuestas y se vienen teniendo en cuenta”.
No obstante, también reconoce que, en la gran mayoría de las jugueterías, por una cuestión de logística y presentación de los productos muchas veces se los diferencian. Además, como todo negocio también hay una demanda que se tiene que satisfacer. Desde la Cámara, explica, “venimos promoviendo la inclusión desde una perspectiva de género, con enfermedades y síndromes. De hecho, estamos apoyando institucionalmente al concurso de diseño de juguetes inclusivos de la Fundalc, siendo ésta su tercera edición”.
Hay diferentes fabricantes que se sumaron a esta tendencia. Un caso es la firma Lionel´s, que ofrece la cocinita Petit Gourmet con el objetivo de que sea tentador para nenas y nenes utilizando una gran variedad de colores como el naranja, verde, gris, rojo, amarillo y bordó. La firma Becky hace planchitas de todos los colores, Grab IT fabrica sets de limpieza no solamente de color rosa.
Asimismo, la marca Ikitoi promueve el armado de cohetes, barcos y autos sin fijarse en el sexo de los autores. La empresa tiene una clara mirada sobre los juguetes sexistas, sosteniendo que “son aquellos que reproducen y perpetúan estereotipos de género rígidos y demodé en relación al mundo de hoy: las niñas deben ser tranquilas, vanidosas y dedicarse a las tareas de la casa; mientras que los varoncitos deben ser fuertes, competitivos y llevarse el mundo por delante”. Por lo contrario, ellos consideran a los niños como protagonistas y constructores activos de su realidad. Por eso ofrecen juguetes neutros y de infinitas posibilidades.
Facundo Blanco, docente de la cátedra Introducción a los Estudios de Género de la Facultad de Psicología de la UBA; considera que es importante desetiquetar aquellos juegos que estén asociados a un género, “ya que esto ayudaría a conformar una sociedad más igualitaria”. Sostiene que sería ideal elegir un juego focalizándose en su función y en el carácter lúdico del mismo. “Podríamos decir que en los niños no hay riesgo alguno en términos psicológicos en lo que concierne a la elección de un juego. Podrían jugar con un auto, una muñeca, una pelota, sin importar cuál sea su género; y todo eso podría considerarse saludable para su desarrollo”. Por último, subraya que hay una cuestión cultural que va comenzar a romperse en poco tiempo y que el cambio es irrefrenable. “Indefectiblemente habrá un impacto muy grande en la industria del juguete”.
En otro orden, cada vez hay más juguetes inclusivos para chicos y chicas con discapacidad. Un caso emblemático son los niños con Síndrome de Down. En ese sentido, la empresa Casita de Muñecas lanzó recientemente el bebote Oli, siendo parte de una iniciativa de la Cámara a partir de un comentario que recibió el presidente Matías Furió. “Un vecino de él tiene una hija con Síndrome de Down y le contaba que a ella nunca le gustaban las muñecas tradicionales”. Acto seguido Matías se comunicó con varios fabricantes, ofreciéndoles la propuesta de diseñar una muñeca inclusiva con rasgos similares para que ellos también se vieran reflejados. De hecho, se tomó contacto con la Asociación de Síndrome de Down de la República Argentina y prepararon un producto muy bueno contemplando todos los rasgos. El resultado fue excelente, tuvo un gran impacto. Sumándose a esta línea, la firma Yoly Bell lanzó Simona y Tomasito con un propósito similar.
También se destaca la compañía Juguetes Universales, que es la primera juguetería online focalizada en productos para niños con discapacidad en Argentina. Cuenta con una amplia variedad de juguetes pensados, diseñados y creados desde una mirada inclusiva y orientada a la compresión de la diversidad. Hay productos para niños con discapacidad visual, motriz, discapacidad auditiva, cognitiva, parálisis cerebral y trastornos sensoriales. El concepto, para todos los casos, es similar, no hay chicos ‘normales’, sino que todos son diferentes.
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