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Gastronomía saludable: negocios que digieren más oportunidades

Surgen como producto de la sociedad moderna, consciente de que la salud pasa en gran medida con la cultura alimentaria. Estos emprendimientos a lo largo del país, reclaman la atención de un público cada vez mayor y más exigente, primero tímidamente, luego con más ímpetu.

Por Redacción Multitaskers

Gastronomía saludable: negocios que digieren más oportunidades

El precio de los productos está determinado por el valor que le dan aquellos que lo consumen, reza una máxima del marketing. ¿Qué sucede entonces cuando un producto deja de ser valioso para los consumidores? Un ejemplo reciente que lo explica es el salmón, cuyo consumo a fines de 2015 cayó en el país hasta un 40% por la ‘mala prensa’ que le hizo un chef reconocido, alegando que son sometidos a antibióticos, colorantes y otras prácticas que reprobó. Como resultado, se aumentaron las ventas de alimentos como el abadejo, la trucha y el lenguado. El ejemplo sirve para graficar de qué manera los clientes priorizan su salud y cómo se refleja esta toma de decisiones y comportamientos en los mercados.

En este marco, los negocios de comida saludable, orgánica, vegana, vegetariana o sustentable, están aflorando, sobre todo en las grandes ciudades como Buenos Aires, Rosario y Córdoba, donde el paisaje urbano y su contaminación sonora, auditiva y visual, representa un obstáculo para aquellas personas que procuran compensar con la alimentación la balanza de su salud. 

Alerta, zonas turbulentas

Estos nuevos hábitos hicieron que grandes marcas levantaran las orejas y enfocaran sus esfuerzos en ofrecer productos acordes a las exigencias de sus clientes. Como consecuencia de estos nuevos comportamientos, la consultora Kantar Worldpanel, llevó a cabo en Argentina un estudio para sondear el fenómeno de la tendencia hacia la alimentación saludable. De $1.000 utilizados para la adquisición de productos empaquetados, $200 son destinados a comprar productos saludables, destinando un 20% de los gastos en alimentos que son considerados como sanos. Lo más apetitoso para las empresas, resultó ser la tendencia de los consumidores a pagar hasta un 56% más por las alternativas sanas. Y es que, según el estudio regional, hay países de Latinoamérica donde se llega a pagar hasta un 123% más, como es el caso de Perú; un 83% en Brasil; y otros países donde no se tiene tan en cuenta como Venezuela y Bolivia donde es apenas de un 7% y 9%, respectivamente.

Últimamente, en las cumbres internacionales relacionadas con la nutrición y la niñez, las consignas parecen ser las mismas, concientizar a las sociedades de los efectos nocivos que tienen los alimentos con grandes cantidades de azúcar, sales, alimentos procesados o las publicidades dirigidas a los niños. Ante la demanda creciente de alternativas saludables, y como se ve en las métricas, según Guillermo Oliveto, presidente de la Consultora W, una vez superada la crisis argentina del 2001, hubo una irrupción de la tendencia saludable. El crecimiento de ofertas y demandas de estos productos comenzaron a hacer aparición, ya no sólo en góndolas sino también en boca de los consumidores cada vez más preocupados por su salud. Productos como aguas y gaseosas endulzadas con stevia; panificados y galletitas con variedad de semillas y salvado, azúcar sin refinar, yogures combinados con colchones de frutas, la aparición de sellos que certifican que los alimentos son orgánicos, variedad de tés y otros yuyos o plantas medicinales que complementan las dietas y pueden encontrarse en las casas de dietéticas.

Guardianes de la salud

Cuando una tendencia de tal magnitud comienza pisando fuerte, la especulación financiera pareciera que por momentos pasara a un segundo plano, aunque sin descuidarlo, ya que poco a poco se va forjando una conciencia alimentaria que persiste y se contagia. Además de las propagandas y publicidades de las grandes marcas, las pymes ofrecen un amplio abanico de opciones determinadas por su estilo o, en otro caso, siguiendo modelos exitosos ajenos. Tres ejemplos de emprendimientos gastronómicos sugeridos por el diario La Nación.

El primero es “Vita”, un fast food vegetariano que funciona de día en el microcentro porteño, donde los oficinistas pueden disfrutar de una opción alimentaria que contribuye a contrarrestar los efectos estresantes que podría tener un día laboral. Vita María Pronello, su dueña, aplicó el concepto de fast food, asociado con la comida chatarra, y lo supo volcar en su negocio, el cual abrió sus puertas por primera vez en 2008 con una inversión inicial de $50.000 pesos. Pronello explica cuáles son los platos más pedidos por sus clientes, y contesta: “El plato del día. Los cocineros ponen a prueba su creatividad en recetas que, si son exitosas, pasan a ser parte del menú. También, las milanesas de soja, arroz o lentejas, las medialunas integrales y el café orgánico”. Como todo emprendimiento en movimiento, su dueña nombra las dificultades con las que suele encontrarse y es “la inflación y los feriados”.

Por otro lado, en la alimentación “consciente”, pueden explotarse nichos que van más allá de la gastronomía y los servicios de mesa. Hay emprendimientos que, no sin inversión en insumos, dirigieron sus esfuerzos hacia un público que desea alimentarse sanamente, pero desde su casa o lugar de trabajo. Siguiendo el rastro de un target al cual apuntar, Alejandra Villarreal y Héctor Fernández, con una inversión inicial de $100.000 para la compra de un vehículo de reparto, sitio web y difusión, pusieron en funcionamiento los engranajes de “Directo de la Huerta”. Se trata de un reparto de frutas, ensaladas, cereales y frutos secos directamente a la oficina y a través de un simple pedido online, un clic. Enterado de los problemas que acarrean los malos hábitos alimenticios en los lugares de trabajo, sumado a la inactividad física y otros factores nocivos, Fernández, considera el hábito de alimentarse con frutas un hábito sencillo pero de gran impacto en el bienestar. Esta consecuencia es, sin duda, un dato que ningún empresario con empleados a cargo pasaría por alto.

El tercer emprendimiento es llevado a cabo por Lidia Cabezas, creadora de Light Food y ex directora de un jardín de infantes. Tras pasar por la experiencia de las dietas para bajar de peso, decidió ser faro para otras personas pudieran reencontrarse con la plenitud fisiológica que supone, entre otras cosas, una buena alimentación. Con un ambiente bien decorado, platos bajos en grasa y amplio lugar, este emprendimiento pone énfasis, según cuenta Cabezas al diario argentino, en enfatizar “el uso de las hierbas”. Para la cocción de los platos se evita la utilización de aceites, frituras, mantecas, azúcares o cremas. Para poder hacerlo reemplazamos dichos ingredientes y modos de cocción por aceites vegetales”. El emprendimiento que comenzó con una inversión inicial de US$55.000, se preocupa por que sus prácticas culinarias sean legítimamente livianas y sanas, es por eso que su dueña prosigue con la enumeración, “salteamos los vegetales con agua, horneamos y hervimos todo. A su vez agregamos una gran variedad de condimentos para que la comida tenga sabor. Todos los platos se preparan con productos naturales y de altísima calidad". Finalmente, conocida la tendencia de la gastronomía saludable como una actividad que puede dar no sólo dinero, sino también salud a quién a ella se dedique, es hora de tachar una excusa más para no emprender y poner manos a la obra. 

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