Al obtener financiamiento empresarial o definir presupuestos, no hay que olvidarse de la porción destinada a innovación, la cual es cada vez más relevante para las pymes y multinacionales, gracias a que permite ir un paso adelante de la competencia, anticiparse a la maduración de los mercados y hacer más eficientes los procesos internos.

Quienes aplican y fomentan la innovación son los que están más desarrollados, pero no se debe confundir con innovación tecnológica y creer que se realiza en grandes laboratorios. La innovación es más humana de lo que se piensa y se encuentra en los pequeños detalles, aseguran los expertos.

“En un inicio, la innovación se refería solamente a adelantos tecnológicos, pero hoy abarca el desarrollo de nuevos productos y servicios, el mejoramiento de procesos internos en las firmas, nuevos modelos de comercialización y mercadotecnia, y la cultura organizacional de las compañías”, afirma Andrés Cedillo, director general de la empresa Cultus Innovación, que promueve el pensamiento innovador a través de cursos para emprendedores, workshops para compañías, conferencias en universidades, congresos, festivales y consultorías.

Al hablar de Innovación, Cedillo se refiere a la destrucción creativa de Joseph Schumpeter, donde las nuevas ideas llegan a terminar con las empresas viejas y los antiguos modelos de negocio. El ejemplo más claro es la bancarrota de Kodak que no supo adaptarse a los tiempos digitales y al triunfo de las aplicaciones digitales como Instagram. Esto es señal de que se está pasando de la era industrial a la era tecnológica.

Cómo usar la innovación

Según Cedillo, hay múltiples formas en las que la innovación ayuda a las empresas. Estas son algunas de ellas:

1. Sirve a corto plazo para agregar valor a los productos y empresas obteniendo una ventaja competitiva; a largo plazo, para generar crecimiento económico sostenido.

2. A las empresas, personas y países les sirve para generar desarrollo económico.

3. Como ejemplo de innovación está Suecia que hace 100 años era un país atrasado, pero cambió su modelo educativo por uno que fomenta la innovación y hoy ocupa el primer lugar en el “ranking” de Potencial Innovador.

4. Existe un dato que asegura que sólo 37 por ciento de las empresas en América Latina tiene departamento de innovación y 90 por ciento de los directores cree que su empresa debería innovar más. Esto muestra que es poco aplicada y se sigue viendo como algo que sólo las grandes corporaciones deben hacer en sus departamentos de I+D.

5. Se debe aplicar en todos los niveles de la empresa, desde finanzas, operación, mercadotecnia, dirección general, etcétera, siempre buscando ideas novedosas, evaluándolas para ver cuál es funcional o sólo una ocurrencia, e implementar las funcionales.

6. En el Índice de Capacidad de Innovación del Foro Económico Mundial, México está por debajo de la media en el lugar 86, más cerca de Mali que de Canadá. “Lamentable es que un país con tanta imaginación e ingenio no pueda concretar innovaciones”, indica Cedillo.

7. Es indispensable la innovación para la pyme y la empresa familiar, pues hay que recordar que el promedio de vida de las pyme es de dos años y eso se debe, entre otros factores, a la falta de ventajas competitivas.

Actualmente, las incubadoras enseñan a hacer planes de negocio pero no a innovar, así que se sale con un plan que la realidad se empeña en derribar. Si ahí enseñaran a innovar, las empresas tendrían más oportunidades de sobrevivir.

Una organización innovadora es capaz de ofrecer algo diferente a los demás, algo que hace que la gente voltee a verla. Debido a esto, es momento de que piense en la innovación como un instrumento básico para el buen desarrollo de su empresa y no como un lujo inalcanzable. Verá que con la innovación su empresa crecerá más de lo que imagina.