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Sebastián Campanario: “Para innovar hay que ser mucho menos cruel con el fracaso”

La creatividad comienza a tomar relevancia entre todas las áreas de las empresas para su crecimiento y desarrollo. En una entrevista exclusiva, el economista y periodista define cómo desarrollarla y potenciarla sin abusar de ella.

Sebastián Campanario: “Para innovar hay que ser mucho menos cruel con el fracaso”

La creatividad y la innovación han ocupado un lugar de privilegio en las compañías como forma de diferenciarse y sacar ventaja a la competencia. Pero ¿cómo la utilizan? El abuso y el exceso de las mismas han llevado a tergiversar el funcionamiento interno de las firmas e, incluso, le han jugado en contra de las mismas compañías. Es por eso que, con la finalidad de esclarecer el concepto, Multitaskers consultó al economista y periodista Sebastián Campanario. El experto, obtuvo la licenciatura en economía en la UBA y se recibió en TEA de periodista. Su carrera profesional comenzó en el semanario El Economista en 1994, y cuatro años más tarde ingresó a Clarín, donde se especializó en temas de economía de frontera.

Por otro lado, se destacó como escritor por sus libros como “La economía de lo insólito” (Planeta) publicado en el 2005 y actualizado y reeditado en 2009, “Otra vuelta a la economía” que, junto con Martín Lousteau, fue co-autor y, por último, “Ideas en la ducha” lanzado en 2014. Por otra parte, colaboró con la CEPAL y el PNUD y actualmente trabaja en CIPPEC y escribe en el diario La Nación.  

Haz escrito mucho sobre la creatividad e innovación: ¿cuál es la situación actual de estos dos conceptos en las empresas argentinas?

La innovación y la creatividad son términos que están de moda en el ámbito corporativo. Solamente en el último trimestre del 2015 hubo 300 libros en Amazon que tiene el término “innovation” en el título. Hay una especie de stress de innovación en las compañías por subirse a esta agenda, lo cual esto no quiere decir que haya una intención real en muchas de las empresas por hacer un proceso realmente eruptivo o de cambio, ya que todavía hay una multitud de sesgo y de aversión al riesgo o al cambio, que hacen que estos procesos de reinversión no se completen o no se hagan del todo. De todas maneras, está bueno que este el tema en agenda en discusión, desde el gobierno hay un impulso grande a todo este tipo de agenda hay muchos sectores de la economía. Hay un tema de supervivencia, es decir, de cambiar o morir en los sectores que tienen más fallas de mercado, más problema de coordinación o de información asimétrica. Se está viviendo una revolución en materia de cambio tecnológico y hay muchas empresas que no le queda otra alternativa que cambiar. 

¿Qué tan importante y qué papel deberían ejercer en las empresas el responsable de innovación?

Hay un error muy común en este tipo de procesos que es que hay una especie de urgencia de crear una gerencia de innovación o un ministerio de innovación. Para mí, es muy importante que el proceso de innovación de cualquier empresa o en el Estado, sea trasversal. Es relevante que sea creada a partir de una mesa de innovación en la cual participen personas de todas las áreas, porque hoy el proceso de cambio está en todas las áreas, la innovación está en finanzas, lógica, en marketing. Es relevante que el propio CEO de la empresa esté completamente comprometido con esta agenda porque si no, no se da en ningún lado. Y que en general haya una liberación de espacio para la creatividad, no tanto un premio a la mejor idea sino liberar espacio, catalizar, generar espacios físicos, temporarios para que la gente pueda enfocarse en el proceso creativo.

¿Qué consejos le dirías a las pymes para potenciar la innovación o creatividad?

El primer consejo que le daría a una empresa chica o a una persona es que esta agenda no es una pérdida de tiempo. Tiene muchos beneficios a nivel personal, de vida cotidiana. Hay una alta correlación en general entre felicidad y creatividad. Es importante darse cuenta que la tasa de cambio que estamos viviendo en la economía a nivel mundial y local, es mucho más acelerada que en otros momentos de la historia y esto hace que la zona de confort sea una zona de riesgo a diferencia de hace unos años. Y hay que darse cuenta que la reinversión de una persona o de una empresa chica o grande, es un proceso que no necesariamente tiene que ser muy traumático, puede ser algo muy divertido y para bien. Esta bueno cambiar, muchas veces no nos damos cuenta de lo que cambiamos. Hay un sesgo psicológico que no percibimos en el día a día en el proceso de cambio. Si vamos diez años y vemos como estábamos trabajando seguramente estaremos trabajando de una manera muy distinta, con lo cual, ya el proceso de cambio y de innovación lo estamos viviendo por más que lo situemos como un proceso más a futuro.

Los emprendimientos que fracasan ¿Es por falta de creatividad o por falta de constancia? ¿Por qué?

Es muy difícil medir la creatividad, pero los indicadores que hay a nivel global, colocan a la Argentina en un muy buen lugar, en general tenemos mejores indicadores de creatividad e innovación como país que indicadores de economía en general. Ahora cuando uno va a la historia de las ideas en Argentina se encuentra con un patrón muy recurrente que es que tenemos una población que genera muy buenas ideas de entrada pero que por algunos como motivos, que tienen que ver con el tema de escala, institucionales, con tema de confianza no llegamos a final de camino. Las buenas ideas no terminan de derramar todo su potencial sobre el total de la economía, esto tiene que ver con muchos problemas y son factores que en general son muy distintos, los que pueden explicar un fracaso. Lo que sí es fundamental es que como sociedad debemos empezar a ser menos crueles con el fracaso. Por lo general en la sociedad Latinoamérica y la Argentina en particular es tremendamente cruel con el fracaso a nivel social, burocrático. Si uno en una empresa toma una mala decisión prácticamente comienza una condena sobre uno o también con una empresa que se funde, es muy difícil salir a nivel societario de una bancarrota en este país, es mucho más difícil que en otros países. Con lo cual es fundamental para un proceso de innovación vital a nivel país que seamos mucho menos crueles con el fracaso.

En una de tus notas en La Nación hablabas del proceso de innovación y la maldición “Pancho Lamolina”, es decir, cómo en las empresas se castigan las decisiones que se toman, pero no las que no se adoptan, aunque los efectos sean igualmente importantes ¿Qué deberían hacer los emprendimientos para evitar esto? ¿Qué deben tener en cuenta para ser efectivos en el proceso de innovación?

El efecto “Pancho Lamolina”, justamente habla de cómo en las empresas tendemos a castigar o a premiar las decisiones que se toman, pero no se castiga de igual manera las decisiones que no se toman y los efectos pueden ser tan o más grandes de las decisiones que se toman. Y esto en general en grupos es una dinámica que tiende a potenciarte, porque en una empresa o en un directorio si hay gente alrededor que es enemiga de uno, tiende a boicotear o hablar mal de una decisión que se tomó pero en cambio no pasa lo mismo con las decisiones que no se toman y esto hace que las empresas estén llenas de managers, como el jefe de Dilbert que son managers flotadores que dan bien la mano, se visten bien, que sonríen bien, pero se la pasan décadas y décadas sin tomar una decisión y así van avanzando en el panorama corporativo. En el modo de comportamiento hay decenas de sesgos que tienen mucho poder para explicar los obstáculos a la innovación. Los sesgos que me parecen más poderoso para explicar aversión a innovar es lo que se llama “lost a versión” (versión a perder)” que justamente dice que lo que el efecto psicológico que tiene una pérdida o una derrota es varias veces más grande que el efecto psicológico que tiene una victoria. Hay otro efecto que es el efecto “yo amo a mis ideas” o “cepillo de dientes” que llamó un economista del comportamiento de Dan Ariely porque todos tenemos uno, todos queremos uno, pero nadie quiere usar el del otro y con las ideas pasa prácticamente lo mismo, valoramos mucho más las ideas propias que las ideas ajenas. 

Idolatrar lo nuevo puede llegar a ocasionar problemas a la hora de elaborar productos de calidad ¿De qué manera puede una pyme tener un equilibrio entre innovación y la producción de bienes y servicios de calidad?

Muchas veces hay una exaltación de lo nuevo y en realidad lo importante es hacer buenos productos y servicios y buenas soluciones para los clientes y consumidores. Muchas veces se exalta a empresas como google o Apple como pioneros cuando en realidad son empresas no fueron los primeros en hacer un producto, sino que fueron las que lo hicieron mejor.

No hagas negocios sin ella