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Matías Nahón: “En momentos de turbulencias, aumenta el fraude empresario”

El CEO de Kroll Argentina, dedicada a la mitigación de riesgos, advierte que las defraudaciones en las empresas van de la mano con la inestabilidad laboral. Cómo descubrir un fraude interno.

Matías Nahón: “En momentos de turbulencias, aumenta el fraude empresario”

Aunque pocos ejecutivos estén al tanto, el fraude interno también ataca a las pymes, y cada vez más. Según una encuesta privada, siete de cada 10 empresas han sufrido defraudaciones de parte de empleados infieles. Aun así, falta hacer mucho en materia de prevención. ¿A qué rubros afecta más el fraude? ¿Cuáles son las historias más repetidas? Sobre esto responde Matías Nahón, CEO de Kroll Argentina, consultora global dedicada a la mitigación de riesgos y la respuesta ante estos, quien en diálogo con Multitaskers, revela consejos y mejores prácticas sobre el tema.

¿Los fraudes se dan más en grandes empresas?

Es un cierto mito que el tamaño de la empresa influya en la comisión de fraudes. Estos delitos se perpetran en múltiples compañías más allá del volumen de sus operaciones. Lo que puede variar de un tipo de compañía a otra, es la modalidad y características de las maniobras utilizadas para delinquir. Sin embargo, es llamativo cómo se cometen, sin reparos, todo tipo de actos fraudulentos en organizaciones que parecieran contar con robustos controles internacionales, políticas y manuales anti fraude que, básicamente, fallan en su correcta implementación.

¿Qué tipo de fraudes son los más frecuentes entre pymes locales?

El robo de activos físicos es el tipo de fraude más común en empresas medianas. Le sigue el robo de información de la empresa. Éste es uno de los tipos de fraude con mayor crecimiento porque está directamente relacionado con la evolución y complejidad de las estructuras y soportes tecnológicos que suelen escapar del control de la alta gerencia o de los dueños.

A la hora de analizar los fraudes de robo de activos físicos en el mercado local (tanto en empresas grandes como medianas) nos encontramos que una de las causas son los procesos de control de aplicación deficitarios. Por ello, la comisión de un robo de activo físico no es un hecho aislado y de baja probabilidad de ocurrencia, sino un delito que podría ser, incluso, aún mayor en Argentina. 

¿Qué rubros son los más afectados?

En nuestro país, el mayor volumen de consultas que arriban a Kroll vinculadas con dudas sobre la comisión de fraudes en la compañía y detección real de un delito similar, provienen de la industria manufacturera en general, del sector retail y de la industria automotriz.

Los casos más comunes en economías como la nuestra son aquellos que involucran a la contratación de servicios de terceros. Por ejemplo, connivencia entre un gerente de áreas de compras (una de las más vulnerables junto con las áreas de marketing y ventas). Otro de los fraudes muy comunes en países como Argentina es el robo de mercaderías o robo de scrub (desechos vinculados al proceso de proceso de fabricación) básicamente en la industria manufacturera. Esta mercadería robada ingresa, luego, al mercado negro o es vendida a través de internet. Se generan los robos en depósitos o en líneas de producción. Por ejemplo, en el caso de la industria automotriz, podemos ver que se roben piezas de vehículos que se están fabricando. Es un tema delicado porque no solo genera perjuicio económico en la compañía, sino daños difíciles de reparar en la reputación organizacional porque la imagen de la empresa circula junto con el producto en venta en el mercado negro y es inmanejable desde la dirección.

¿Qué sucede si no se logra frenar el fraude?

Como un ejemplo interesante del crecimiento del fraude en el área de compras, podemos describir cómo puede crecer y mutar este delito dentro de un solo departamento: el delito se dispara con un hecho más bien sencillo (por ejemplo, el pedido de un 10% de coima a un proveedor), el corrupto adquiere confianza bajo la sensación de total impunidad y falta de controles jerárquicos. Con este “acá no pasa nada” se anima a una segunda instancia: pagar un sobreprecios y quedarse con la diferencia. Continúa sin ser detectado, y se arriesga (ante la falta de controles) a crear una empresa proveedora utilizando testaferros. Provee productos y servicios a la compañía o, incluso, llega a facturar productos que no llegan a la empresa. 

¿Cuáles son los principales riesgos para las pymes en la Argentina?

La corrupción de sus ejecutivos. Aunque no es infalible, normativas internacionales como la FCPA o la UKBA, dan un marco de acción a los ejecutivos de las empresas internacionales. El fraude relacionado con las prácticas corruptas de los ejecutivos y proveedores es uno de los riesgos más grandes para una empresa pyme.

¿Y en prevención?

Hay una falta de incorporación de prácticas y métodos probados de prevención. Protección de datos sensibles para las actividades corporativas, cuidado de la información en soportes “hard” o en el espacios virtuales como “la nube”, resultan clave para el negocio y su cuidado suele menospreciarse cuando las empresas son más chicas. 

¿Qué tanta alta es la incidencias de fraudes?

La Encuesta Anual de Fraude que realiza Kroll junto a la unidad de inteligencia de The Economist, indica que 7 de cada 10 empresas han sufrido al menos un hecho fraudulento en el último año. En este momento, Argentina está en sintonía con América Latina y, como indica el informe, América Latina está en sintonía con Europa del Este y con África. Se trata de una de las sido una de las regiones mundiales en las cuales más ha crecido el fraude. 

¿Cómo lo viven en la oficina local de Kroll?

La oficina es un buen “termómetro” de lo que pasa en el mercado local. Observamos, en los últimos meses el fraude tiende a crecer. ¿Por qué? Porque el entorno de crisis facilita su ocurrencia. En momentos de turbulencias económicas aumentan los casos de fraude empresario. Las crisis van de la mano con la inestabilidad laboral. Los empleados tienen una razón más para poder cometer un fraude frente al temor de perder su empleo. Las compañías que no aplican sus controles o que carecen de políticas de control interno a través de departamentos de auditoría, terminan consultando compañías como Kroll para verificar si se cometió el fraude y, luego, cuál fue el impacto económico y reputacional que el fraude tuvo.

¿Cómo se logra detectar el fraude?

Lo interesante es ver que el 90% de las investigaciones surge de denuncias anónimas e internas. Esto devela que están faltando los canales de denuncias formales o “hot line” donde se pueden elevar denuncias formales. Los denunciantes resultan ser, mayormente, terceros que estuvieron involucrados en el delito y que fueron apartados (proveedores heridos, empleados no participados). Esto lo devela cierto nivel de detalle de las denuncias informales que denotan conocimiento del proceso y gestación del delito. 

¿En términos generares: qué consejos daría a una pyme para protegerse mejor? 

La prevención es la mejor herramienta. Algunas medidas tácticas que solemos sugerir incluyen: crear una sólida cultura de ética profesional, realizar exámenes pre-laborales más exhaustivos (verificar los datos vertidos en los CVs), emplear herramientas de detección temprana, investigar a fondo, rotar al personal, introduzca seguridad corporativa y supervisar a través de profesionales especializados ajenos a la organización.

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