Federico Hellemeyer es el titular de la Asociación de Fábricas Argentinas de Terminales de Electrónica (AFARTE). El magíster hace un análisis de lo que fue la producción y consumo de determinados artefactos electrónicos –televisores, celulares y aire acondicionados- que también sufrieron el impacto de la inflación y crisis cambiaria. El especialista se refiere a las expectativas que hay para este 2019 en el rubro y el desafío de mantener los puestos de trabajo, en una entrevista con Multitaskers, el sitio de American Express para las Pymes.

¿Qué expectativas hay para el 2019 respecto al consumo de artefactos electrónicos?

Estamos atravesando una situación de crisis, por lo que nuestras expectativas para este año son conservadoras. La industria electrónica argentina apunta exclusivamente al mercado interno, y dado que a mediados de 2018 comenzó una caída del consumo muy fuerte, nuestros productos se están demandando a menos de la mitad de lo habitual. La producción se tiene que ajustar a esa demanda. A su vez, los stocks llegan a niveles muy altos. Por eso estimamos que los bienes electrónicos de consumo bajarán su producción en 2019.

¿De qué se trata el acuerdo de competitividad que las empresas que fabrican en Tierra del Fuego firmaron con el gobierno y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM)? ¿Por qué les permitió bajar los precios?

El acuerdo de competitividad firmado en noviembre de 2017 es un compromiso del gobierno nacional, el gobierno provincial, los trabajadores y las empresas que tiene como objetivo sostener el empleo y la industria en Tierra del Fuego. Se suspenden las paritarias, se mantienen las dotaciones y se está trabajando en mejoras burocráticas. Gracias a este entendimiento hemos podido moderar nuestros precios y cerrar en todos los casos por debajo de la inflación y más lejos aún de la devaluación (101%). En 2018 tuvimos un 48% de inflación. Sin embargo, los celulares aumentaron un 44%, los aires acondicionados un 40% y los televisores un 33%.

Teniendo en cuenta que el contexto económico y social cambió: ¿Se necesita de un nuevo acuerdo o, al menos, sumar algunos aspectos más al mismo?

Cuando se firmó el acuerdo en noviembre de 2017, los pronósticos de inflación y consumo eran muy lejanos a lo que terminó ocurriendo durante 2018. Visto esto y con la intención de transitar la fuerte caída en los niveles de producción resguardando los puestos de trabajo en un clima de paz social, se abrió un canal de diálogo que nos permitió ser constructivos y encontrar alternativas para cuidar la vigencia del acuerdo.

El 14 de febrero de 2019 se firmó una adenda al Convenio Marco en la que se acordó que las empresas podrían reducir de forma transitoria la jornada laboral hasta 140 horas por mes. También se podrá concertar con los empleados algún período de suspensión.

Adicionalmente, en respuesta a un requerimiento del sindicato y sin perjuicio de la revalidación del compromiso de suspensión de paritarias y mantenimiento de las dotaciones, se pactó un incremento salarial extraordinario del 24% para atenuar la pérdida del poder adquisitivo.

¿Cuánto menos se produjo el 2018 en comparación con el 2017? ¿Qué se espera para el 2019?

En televisores la producción se mantuvo prácticamente igual, con 3,3 millones de unidades. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el 2018 fue un año de mundial de fútbol que siempre impulsa fuertemente la demanda en el primer semestre. En el caso de los celulares, la caída interanual fue muy fuerte -del orden del 25%- y en los acondicionadores de aire hubo una leve suba: en 2017 se produjeron 1,06 millones y en 2018 se produjeron 1,2 millones.   Para el 2019 las estimaciones son aún más conservadoras. Se fabricarán aproximadamente 7,5 millones de celulares, 2,2 millones de televisores y 850 mil acondicionadores de aire.

¿Cuáles fueron las razones que explican la merma en la producción y consumo de estos artefactos?

La principal razón es que tras una devaluación superior al 100% y una inflación del 48% el poder adquisitivo de los consumidores cayó. Consecuentemente, se retrae el consumo y, detrás de eso, baja la producción. Además, en el caso de los celulares, por ejemplo, al contexto argentino debemos sumarle la situación global. El mercado de celulares empieza a esbozar ciertos rasgos de madurez. Los consumidores espaciaron el recambio de sus smartphones. Este período antes era de entre 12 y 18 meses y ahora se estiró a 24 o 36 meses.

¿Qué medidas podrían evaluarse para incentivar el consumo de esta clase de artefactos?

Es natural que en un contexto de crisis los consumidores piensen dos veces antes de realizar un gasto. Ante esta situación, herramientas como las cuotas con bajo costo financiero serían una buena alternativa para revertir las perspectivas negativas.

Con los stocks elevados y una merma en la demanda: ¿Uno de los desafíos para este año es lograr que exista el menor ajuste de empleo posible? ¿De qué manera se planea conseguirlo?

El acuerdo de Competitividad y Empleo es nuestra forma de cuidar los puestos de trabajo y es el compromiso asumido por todas las partes de hacer los esfuerzos necesarios para pasar estos momentos de baja actividad y esperar la reactivación del mercado.

Teniendo en cuenta la coyuntura económica y estos datos: ¿Existe un estimativo de cuánto impactará esto en los precios de esta clase de artefactos?

No, no tenemos esas estimaciones. Es muy difícil pensar en eso en un contexto de bajo consumo. Trabajamos para ser cada vez más competitivos y para poder acercarle precios cada vez más accesibles al consumidor.

Si hay que resumir en tres los aspectos que van a definir el rumbo de la producción y consumo de estos artefactos electrónicos en el 2019: ¿Cuáles son y por qué?

El primer aspecto es, sin lugar a duda, la recuperación del poder de compra del consumidor. El segundo, la aparición de planes de cuotas o facilidades en la financiación. El tercero es que continuemos apostando a la competitividad manteniendo precios accesibles.