Satoru Iwata, cuarto presidente de la prestigiosa compañía de videojuegos Nintendo, falleció el 11 de junio pasado, siendo uno de los desarrolladores más relevantes de nuestros tiempos. Comprometido con la causa, siempre predispuesto a cambios y luego de formar parte del consejo de administración, llegó a la presidencia de la famosa empresa en mayo del 2002. Un dato interesante es que, cuando todo apuntaba a que iba a ser otro descendiente el que iba a ocupar el cargo máximo, Iwata fue seleccionado, siendo la primera persona en presidir la firma nipona procedente “de afuera”, es decir no relacionado por sangre de la familia fundadora, los Yamauchi.

Luego de haber sustituido a Hiroshi Yamauchi, la figura que había transformado una empresa regional de naipes en un gigante del entretenimiento electrónico, participó activamente como desarrollador y se hizo cargo de la empresa que en ese momento, competía con grandes empresas como Sony y Microsoft. La creación de la consola Wii en 2006, que alcanzó la venta de 100 millones de unidades y el desarrollo de la Nintendo DS, la primera consola con dos pantalla (una táctil) y la segunda más vendida de la historia con 154,9 millones de unidades, hicieron que su marca en la compañía y el mundo de los videos juegos sea inolvidable. 

Compromiso con la causa

Nunca, desde que asumió el cargo más importante, dejó su labor como desarrollador y programador de videojuegos. Desde sus inicios trabajó de manera directa con todas las creaciones de Nintendo, asumiendo el 100% de la responsabilidad y pidiendo disculpas cuando los lanzamientos de su compañía no cumplían las expectativas. Un hecho histórico y recordado, fue cuando Iwata decidió por cuenta propia reducirse el sueldo un 50%, debido a las bajas ventas de la compañía. Recordado por sus colegas, el creador de la Wii, era un hombre cercano a la empresa, que buscó insertarse y estar presente en todo lo que ocurría, al contrario de los similares estilos que propusieron los presidentes anteriores.

"Un hecho histórico y recordado, fue cuando Iwata decidió por cuenta propia reducirse el sueldo un 50%, debido a las bajas ventas de la compañía." 

“En mi tarjeta de negocio, soy un presidente corporativo. En mi mente, soy un desarrollador de juegos. Pero en mi corazón, soy un jugador", una de las frases célebres del hombre que no solo evitaba exhibicionismo, sino que su única preocupación era incentivar la creación de juegos divertidos y que llegaran al corazón de sus seguidores. Por otro lado, además de ser uno de los empresarios de videojuegos mejor valorados en el mundo propuso, una filosofía en el diseño de los juegos mucho más cercana y sencilla para todos.

Como presidente de Nintendo, una de sus características principales fue siempre apostar la innovación, rompiendo estructuras y tradiciones. Iwata fue un insistente y convencido en todo lo que hacía, a pesar de, por ejemplo, haber sido fuertemente criticado por los inversionistas por no haber apostado a los juegos móviles por temor a que canibalicen su negocio de consola. Satoru Iwata fue un hombre que a pesar de que su tarjeta diga “CEO de Nintendo”, nunca se alejó de los desarrolladores y que instaló un legado que, además de incluir consolas que marcaron un antes y después de los videojuegos, posee el recuerdo de los personajes íconos, que hicieron famosa a la empresa y bajo su mandato nunca dejaron de ser parte del presente.

Las 5 mejores frases que dejó Satoru Iwata:

1.    “En mi tarjeta de negocio, soy un presidente corporativo. En mi mente, soy un desarrollador de juegos. Pero en mi corazón, soy un jugador.” 

2.    “Los videojuegos solo tienen una meta: ser divertidos.”

3.    “Es valioso idear un nuevo proyecto a partir de una idea actual. Pero es mucho más valioso crear una idea completamente nueva de lo que un juego puede ser.”

4.    “Nunca he estado avergonzado de que los niños apoyen Nintendo. Estoy orgulloso de ello. Eso es porque los niños juzgan los productos basados en el instinto. Todo el mundo quiere apelar a los instintos de la gente, pero no es fácil.”

5.    “Una cosa no ha cambiado -y no cambiaría- es nuestra naturaleza como una forma de entretenimiento. Como cualquier otro medio de entretención, debemos crear una respuesta emocional para poder triunfar. Risas... miedo... goce... rabia... afección... sorpresa... y sobre todo, orgullo de logro. Al final, gatillar esos sentimientos de nuestro jugadores es el verdadero juicio de nuestro trabajo. Esta es la medida final del éxito.”