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Lorenzo Servitje, el creador del Grupo Bimbo que le dio un símbolo al pan

Luego de trabajar con su padre en una pequeña pastelería, el contador público creó la empresa que hoy comercializa 10.000 productos y tiene 130.000 empleados. La vida y obra del hombre que modificó la forma de hacer negocios en el sector.

Lorenzo Servitje, el creador del Grupo Bimbo que le dio un símbolo al pan

Lorenzo Servitje nació el 20 de noviembre de 1918 en la Ciudad de México. Es hijo de los catalanes Juan Servitje Torrallardona, quien llegó a México en 1904 y trabajaba en una pastelería de su familia, y Josefina Sendra, quien arribó en 1914. En 1928, su padre crearía su propia pastelería denominada ‘El Molino’, donde a los 16 años Lorenzo comenzaba a mostrarse, indagar por la profesión y, sobre todo, a trabajar. Pero dos años después, durante sus estudios de Contaduría Pública en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recibiría un duro golpe. Su padre falleció y tenía que hacerse cargo de toda la compañía. De ser el responsable del área de ventas, pasó a ser gerente, donde se desarrolló de 1937 a 1945.

A partir de este último año, por idea de su tío Jaime Sendra, decidió expandir el negocio y crear una panificadora. Fue así que, con ayuda de su suegro, que les facilitó un local para el nuevo emprendimiento; su hermano Roberto; su cuñado y su primo Jaime Jorba Sendra, el 2 de diciembre inauguraron Panificadora Bimbo. En sus inicios contó con 34 empleados y comercializaba cuatro tipos de panes: pan grande, chico, pan negro y pan tostado. Con el paso del tiempo, la empresa creció considerablemente hasta llegar a conformar finalmente Grupo Bimbo, empresa que produce más de 10 000 productos a través de 100 marcas, cuenta con más de 129 000 colaboradores y 165 plantas productoras.

Innovación en su pensar

Que su empresa haya crecido notablemente con el paso del tiempo no es casualidad. Pensar diferente a la época le trajo numerosos beneficios. Por un lado, a nivel técnico, Lorenzo Servitje tuvo la originalidad de envolver el pan en papel celofán, en vez de papel encerado, lo que generó que el producto llegaba más fresco a los hogares. A su vez, el creador de Bimbo recuerda los cambios producidos con la llega del panqué: “Recuerdo que cuando creamos el panqué los números no nos salían y una opción era bajar los ingredientes, pero recibí el sabio consejo de no hacerlo y así fue”, remarcó en una de sus tantas entrevistas.

Por otro lado, la revolución de Bimbo llegó con la publicidad y la mercadotecnia. Marcando un antes y un después a la hora de difundir y dejar presencia de su marca, Servitje trabajó incesantemente para instalar su producto en la mente de sus consumidores. “No hay que negociar tampoco con la presentación del producto y publicidad”, solía decir Servitje que, teniendo como protagonista al Osito blanco Bimbo con su gorro, delantal y el pan bajo el brazo, realizó programas radiofónicos que promovían sus productos con frases acompañadas con tonos musicales e historietas protagonizadas por la mascota oficial y bandera de la compañía que, además, caracteriza a Bimbo, por su ternura, limpieza, y suavidad. Bajo esta línea también se encontraba el vehículo decorado con la imagen de la empresa que, llamado 37, promovía con altavoces el producto en pequeños pueblos.

Hombre de convicciones

Fuerte promotor de la doctrina social cristiana, Lorenzo Servitje se destacó entre sus pares empresarios por ser un convencido de sus ideales y valores. Durante toda su vida, fue un fuerte generador de acciones vinculadas a cuestiones sociales y en la educación. Por ejemplo, en la década del 50, destinó parte de las ganancias de Bimbo a la construcción de escuelas para infantes de bajos recursos. A su vez, fundó numerosas asociaciones como la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural o el Instituto Mexicano de Estudios Políticos que le valió el premio Tlamatini por sus aportaciones al campo de la educación.

Su liderazgo, por otra parte, fue reconocido y valorado a nivel local e internacional en el mundo empresarial. No solo ha presenciado incontables eventos para compartir su experiencias y valores (marcados por sus creencias católicas) sino también que ha homenajeado en varias ocasiones como líder ejemplar. Un ejemplo, puede ser el reconocimiento otorgado por WOBI, durante el World Business Forum, donde Servitje ofreció su mirada y aconsejó a sus colegas empresarios sobre los valores y responsabilidades que tiene que tener no solo con sus empresas, sino también sus trabajadores y su comunidad en general. Por último, otra de las razones por las cuales lo convierte en un “Camino del Líder” ejemplar es su compromiso con el medio ambiente y cuidado del planeta, donde contribuyó en varios proyectos de reforestación, como puede ser el realizado en el 2008, cuando mandó a sembrar 9,3 millones de árboles en un solo día.

Cómo cierre, Multitaskers, comparte el testamento que dejó a sus familiares antes de fallecer el 03 de febrero de 2017, denominado: “En esto creo”.

Creo en Dios y en Jesucristo y en sus designios sobre mí y en la realidad del acontecimiento que le ha dado a mi vida sentido y trascendencia así como esperanza y felicidad. Creo en el reconocimiento y el respeto que se deben a la eminente dignidad como persona que tienen todos los seres humanos. Creo ser tradicional en muchos aspectos y de vanguardia en muchos otros. Creo en la vida, el amor de los esposos y en el valor del matrimonio tanto para los hijos como para el resto de mis seres queridos y la sociedad en general, con todo lo que implica de comprensión y entrega.

Creo en el valor de los amigos y de saber que soy escuchado, que cuento con ellos y que necesito de esa amistad que hace más sólida y placentera la vida. Creo que hay que procurar el bien de quienes trabajan con nosotros y en general con quienes convivimos: vecinos, compañeros en las organizaciones a las que pertenecemos y nuestros conciudadanos. Creo en el valor de una vida sencilla y en necesitar pocas cosas.

Creo en la economía de mercado, en la empresa que debe ser no sólo altamente productiva sino también plenamente humana y en el importante papel que tiene en la creación de riqueza, el crecimiento económico y el empleo. Creo que debemos pugnar por nuestro desarrollo y crecimiento personal continuo con la convicción de quien no avanza retrocede. Creo en el valor de una vida sencilla y en necesitar pocas cosas.

Creo que todos habemos de tener una tarea o misión que nos apasione y que reclame nuestra entrega por entero. Creo en la democracia como la mejor forma de organización política de la sociedad y en la necesidad de fortalecerla. Creo que hay que ser amable y en lo posible sonreír, tener alegría y buen humor. Creo que no hay que perder nunca la calma ni la serenidad y que es posible en la mayoría de los casos resolver los problemas con ecuanimidad.

Creo, que en general hemos de procurar no hacer grandes disertaciones al hablar, ya que lo bueno breve es mejor. Creo en el desarrollo del carácter y de la fuerza de voluntad, de ser puntual, de aprovechar el tiempo, del ahorro, de la cortesía, la dedicación al trabajo y adquirir otras buenas costumbres. Creo en el valor de la cultura y en apreciar lo verdadero y lo bueno y también la belleza en todas sus manifestaciones, como la poesía, la danza y la música.

Creo que hay que tener una actitud positiva y optimista ante la vida y saberse despedir de ella y que no debemos dar demasiada importancia a nuestros problemas y defectos. Creo en el respeto y la admiración del universo, de la naturaleza, el sol y las estrellas, los bosques, las selvas, las playas y los mares, las montañas, las nieves, las mañanas, los atardeceres, los animales y las flores. Creo en la necesidad de tener participación social activa y comprometida y ocuparme no sólo de mis intereses personales sino también de los asuntos públicos y de la política.

Creo en un gobierno que logre la seguridad del país, la eficacia de la justicia, el crecimiento económico y el empleo, la educación de calidad y también la erradicación de la miseria y la reducción de la pobreza y la desigualdad social. Creo en la posibilidad de conciliar los opuestos y que en su relación el mayor y menor, el primero debe hacer sólo lo necesario y el segundo lo más posible. Creo, finalmente, que hay que tener una actitud positiva y optimista ante la vida y saberse despedir de ella y que no debemos dar demasiada importancia a nuestros problemas y defectos.

 

No hagas negocios sin ella