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John Mackey, el magnate que se bañaba en la cocina de su tienda

Un recorrido por la vida de un emprendedor que impulsa el capitalismo solidario y cree que cada empresa tiene en sus manos el poder de cambiar el mundo. Dueño de una de las cadenas de alimentos naturales más grandes del mundo. El reconocimiento a los empleados y las buenas causas.

John Mackey, el magnate que se bañaba en la cocina de su tienda

John Mackey es oriundo de Texas y su cadena de supermercados Whole Foods Market vale US$ 17.000 millones y cuenta con más de 430 locales en los Estados Unidos. Su historia comienza un 15 de agosto de 1953 y no estuvo exenta de altibajos. Su forma de pensar los negocios ha sabido transformarse desde que comenzó como un simple aficionado, para ser hoy uno de los pregoneros del llamado ‘capitalismo consciente’: “Cuando uno trabaja por el gusto de hacer lo que hace más que por el dinero, el dinero como quiera acaba llegando”, defiende y pone su caso como ejemplo.

De pequeño era quisquilloso con la comida, en especial con los vegetales. Una dieta a base de alimentos procesados, comida rápida y muchas calorías, bien al estilo americano. Con el correr del tiempo fue volcándose al lado pacífico de la vida. Estudiaba filosofía y religión en la Universidad de Texas en Austin y este choque de mundos hizo que la mente de Mackey se fuera acercando más a ideas pacifistas, de amor, tolerancia y respeto por la vida. Una de sus primeras experiencias memorables en el campo de la práctica de sus creencias fue la de involucrarse en una cooperativa de alimentos vegetarianos. Su dieta cambió, al igual que sus motivaciones.

Un camino de ida

En 1978, dejó la universidad y las cooperativas para instalar un local de comida saludable junto con su novia, René Lawson. Para ello acudieron a familiares y amigos, que con un préstamo de US$ 45.000 montaron lo que se conoció como Safer Way, su primer emprendimiento, una pequeña tienda de alimentos naturales. Tuvieron problemas para almacenar productos, por lo que utilizaban el apartamento en donde vivían como depósito para los productos que no entraban en su depósito. Esto les valió el desalojo por parte de los dueños de su vivienda y una mudanza forzada a la misma tienda. Allí vivía la pareja con todas las limitaciones que puede suponer vivir en una tienda de alimentos. Por ejemplo, para ducharse se las arreglaban con una manguera que conectaban a la canilla de baño junto al lavavajillas.

En ese tiempo, Mackey adoptó una postura ruda y agresiva en el negocio. Los números no rendían y los ingresos apenas reportaban ganancias. En 1980, decide fusionarse junto con otra tienda de alimentos naturales llamada Clarksville Natural Grocery, dando lugar a la apertura de Whole Foods Market. Esta tienda contaba con 1,160 m2 y 19 empleados, algo poco usual para este tipo de tiendas. El éxito no tardó en llegar, pero a este lo acompañó una inundación al año siguiente. Las pérdidas fueron totales y los prósperos dueños no contaban con un seguro. Fueron los mismos empleados de la tienda quienes sin cobrar salario se ofrecieron a restaurar el local con ayuda de clientes y vecinos que gustaban mucho de realizar sus compras allí. La reacción de los clientes y los empleados frente al accidente conmovió a Mackey quien confesó años más tarde que aprendió que los negocios iban de la mano con las buenas relaciones y el bienestar de sus empleados. Así fue como más tarde se convertiría en defensor del capitalismo humanitario, dado que fomenta la creatividad y la innovación.

El imperio verde

En 1984, comienza la expansión de Whole Foods Market fuera de Austina, Texas y a partir de allí conquistó Canadá y Reino Unido hasta llegar a las más de 365 tiendas en la actualidad. Una vez consolidado en el rubro, Mackey se interesa por promover la alimentación sana, el cultivo de alimentos a pequeños productores y el buen trato a los animales. Fundó Whole Planet Foundation con el fin de contribuir a la erradicación de la pobreza en países en vías de desarrollo como también la facilitación de préstamos a agricultores locales y productores de alimentos que quieran expandir su negocio, a través del “Programa de Préstamos al Productor Local”. La revista Fortune ha adquirido casi la costumbre de incluir a la empresa del tejano entre “las 100 mejores compañías para las cuales trabajar”.

Con una empresa que factura miles de millones al año, Mackey vio que su objetivo monetario estaba más que cumplido, por lo que comenzó a llevar a cabo acciones que beneficien a sus empleados, como reducir su salario a un dólar, donando el resto a un fondo de caridad y estableciendo un fondo de emergencia para cuando sus empleados sufrieran eventuales situaciones de emergencia. Estas acciones le valieron algunos títulos como el “Empresario del Año” por Ernst & Young, "Mejor CEO de América" por el Institutional Investor, “Mejor CEO del mundo” por Barron´s, "CEO del Año" de MarketWatch, "Empresario del Año" de Fortune, y de Esquire el "CEO más inspirador” y más.

John Mackey, el magnate que se bañaba en la cocina de su tienda, terminó de adquirir popularidad mundial cuando Jeff Bezos, el fundador de Amazon.com, anunció que compraría la operación de la cadena minorista, el junio pasado, en un acuerdo por cerca de US$ 13.700 millones.

No hagas negocios sin ella